Los océanos están llenos de metales en sus fondos abisales. Nunca se han extraído a escala comercial, y los planes para desarrollar estos recursos oceánicos se han enfrentado de forma histórica con la oposición de las ONG conservacionistas de los océanos preocupadas por las alteraciones de los ecosistemas de los fondos marinos.
El ser humano lleva muchas décadas extrayendo gas y petróleo de las profundidades del mar a través de plataformas offshore, tanto es así, que esta manera de producir hidrocarburos supone un 29% de la producción mundial. ¿Por qué no se pueden obtener los minerales necesarios para el cambio de modelo energético del mismo lugar?
En términos de porcentajes, los depósitos minerales bajo el mar pueden suponer el 96 % del cobalto, el 84 % del níquel, el 79 % del manganeso y el 35 % del cobre del total de las reservas estimadas en el planeta. La localización de estos yacimientos ha sido posible gracias a la información adquirida a lo largo de numerosas campañas oceanográficas realizadas en los últimos 150 años en todos los mares y océanos, al cargo de varios países y cuyos datos han sido divulgados en informes públicos y publicaciones científicas.
Tipos de recursos mineros en el fondo del mar
De acuerdo con la Autoridad Internacional de los Fondos Marinos (ISA, por sus siglas en inglés), existen tres tipos de fuentes de minerales, que han sido consideradas con potencial económicamente viables:
- Los nódulos polimetálicos fueron descubiertos en 1873 a partir de la expedición del buque HMS Challenger. De acuerdo con la definición de la ISA se trata de esferas imperfectas u ovoides que contienen manganeso, níquel, cobalto y cobre. Se suelen encontrar agrupadas en depósitos que se forman fundamentalmente en las llanuras abisales a profundidades superiores a 3 000 m.
- Los sulfuros polimetálicos, que fueron descubiertos desde 1948 y se han formado por acción hidrotermal y que contienen concentraciones de metales como cobre, plomo, zinc, oro y
plata, entre otros. Los depósitos de sulfuros polimetálicos submarinos se originan por la emisión de fluidos hidrotermales a altas temperaturas, asociados a zonas de fractura de placas y de formación de nueva corteza oceánica derivada de la actividad volcánica submarina. Estos depósitos se localizan tanto a lo largo de los límites de placas tectónicas como en zonas de volcanismo. - Las costras de ferromanganeso con alto contenido de cobalto son depósitos polimetálicos (cobalto, titanio, níquel, platino, molibdeno, telurio, cerio y otros elementos metálicos y poco comunes) de hasta 26 cm de espesor, que se forman en los flancos y cumbres de montes y volcanes submarinos de todos los océanos y que se encuentran a profundidades comprendidas entre los 400 m y los 7 000 m.
Los recursos mineros y las aguas territoriales
La mayoría de los recursos mineros marinos se encuentra en principalmente en el espacio de la corteza terrestre que está debajo de la ‘alta mar’, por lo que su explotación depende de un consenso internacional en algunos casos.
En las aguas territoriales (12 millas desde la línea de costa), los estados tienen derechos soberanos completos sobre “su mar y su aire”. En la Zona Económica Exclusiva, que comprende hasta las 200 millas desde la costa, los estados tienen derechos de soberanía sobre los recursos del mar, de su fondo y de su subsuelo marino, pero pierden los del aire.
La siguiente línea se marca en la Plataforma Continental, que es una franja que puede alcanzar las 350 millas desde la costa, dependiendo de la geología de sus márgenes continentales. En ella los estados ejercen sus derechos soberanos sobre los recursos de sus fondos marinos y de su subsuelo.
Más allá, en la denominada Zona, lejos de las plataformas continentales, los países pierden sus derechos soberanos individuales.
El potencial de la minería submarina en Galicia
La investigación y catalogación de las zonas con potencial minero de los fondos marinos de Europa se está llevando a cabo, de manera coordinada, por un consorcio de 45 organizaciones de estudios geológicos nacionales y regionales de 32 países europeos. Esta organización, en la que participa el Instituto Geológico y Minero de España (IGME), se llama GeoERA y está financiada por la Unión Europea.
En concreto, las potencialidades de los fondos marinos cercanos a Galicia se han analizado dentro del proyecto MINDeSEA, que ha sido liderado por científicos españoles del IGME. Fruto de sus trabajos, se ha descrito que en las aguas cercanas a Galicia existen dos zonas claras en las que podría haber un potencial de recursos geológicos capaces de ser productivos desde un punto de vista minero.
La primera es lo que se denomina el Banco de Galicia (Galicia Bank), un monte submarino situado a unos 180 km al Oeste de la costa de Pontevedra. Su cima se extiende desde los 650 m de profundidad, en su zona menos profunda situada al SE, y los 1 500 m donde se sitúa el borde del talud. Este talud es abrupto, con unas pendientes muy elevadas hasta las regiones profundas situadas a 5 000 m de profundidad. La información científica que se disponía sobre las características de esta zona fue escasa hasta el hundimiento del Prestige en noviembre de 2002 al SW del banco, suceso que impulsó la realización de estudios científicos sobre su geología y dinámica de circulación oceánica.
Esta zona sólo ha sido investigada de manera preliminar a través de algunas campañas científicas europeas. En este Banco de Galicia, según un artículo de científicos del Servicio de Cartografía Geológica Marina del IGME, hay indicios de minerales como cobalto, manganeso y hierro en forma de nódulos polimetálicos, sulfuros y costras.
Otra zona con potencial de minerales estratégicos es la denominada Loma Cantabria (Cantabria Knoll), que se sitúa 75 millas (137 km) al norte de Estaca de Bares y en la que se han localizado nódulos y cortezas de ferromanganeso con características similares a las del Banco de Galicia, según estudios de científicos del IGME.
Estas dos zonas pertenecen de manera indiscutible a la Zona Económica Exclusiva de España y no se encuentran entre los caladeros de las flotas pesqueras comerciales. El Banco de Galicia ha sido propuesto como Lugar de Importancia Comunitaria (LIC) y Zona de Especial Protección para las Aves (ZEPA) por su valor medioambiental.
Además de estos dos recursos de alta mar, se han catalogado evidencias de depósitos de placeres de tierras raras dentro de la Ría de Vigo, por su arrastre desde los territorios cercanos como el monte de O Galiñeiro, con potencialidad de explotación de esos recursos.
El interés por la explotación minera de los fondos marinos se ha avivado recientemente gracias a la combinación de nuevos avances en robótica, en cartografía avanzada y en recolección submarina. Además, el precio de las materias primas tras la pandemia del Covid-19 ha hecho que el coste de acceso a los metales del mar sea asumible para las empresas mineras.
Los metales que buscan se utilizan en imanes, baterías y componentes electrónicos para teléfonos , aerogeneradores, pilas de combustible, vehículos híbridos y otros aparatos de alta tecnología. Estos metales se encuentran habitualmente en tierra firme, pero también en el fondo del mar.