El litio es un metal alcalino dúctil y ligero que existe en la naturaleza mezclado con otros compuestos y se utiliza de diversas formas, pero principalmente para la fabricación de baterías. Por este motivo, su demanda ha aumentado significativamente en los últimos años, especialmente ligada a la expansión del vehículo eléctrico.

Las baterías que se usan para propulsar estos automóviles están hechas de iones de litio, son recargables y tienen una vida útil limitada, pero no pierden todo su potencial una vez que ya no sirven para ese propósito. Es aquí donde entra en juego el concepto de ‘segunda vida’: una estrategia que permite aprovechar baterías usadas en nuevas aplicaciones, alargando su utilidad y reduciendo el consumo de recursos naturales.

Sistemas para retrasar la jubilación de las baterías de litio

Las baterías de litio, cuando dejan de ser útiles en los vehículos eléctricos, por perder entre un 20% y un 30% de su capacidad, todavía conservan suficiente carga y estabilidad para seguir funcionando en otros entornos menos exigentes.

Las baterías reacondicionadas encuentran su lugar, principalmente, en sistemas de almacenamiento estacionario. Algunas de las aplicaciones más comunes incluyen:

  • Almacenamiento estacionario de energía: consistente en guardar excedentes de producción solar o eólica para su uso posterior, asegurando su disponibilidad cuando no hay generación directa, estabilizando redes eléctricas y favoreciendo la integración de renovables.
  • Sistemas de respaldo (back-up): aplicable a infraestructuras críticas como hospitales, centros de datos o estaciones de telecomunicaciones.
  • Electrificación de zonas rurales o aisladas: la instalación de baterías reacondicionadas en estos lugares puede ser una opción más económica que utilizar unas nuevas.

Baterías de automóviles reutilizadas. Fuente: Mobilize.

¿Qué pasos se deben seguir para hacer esto posible?

El proceso para otorgar una segunda vida a una batería de litio no es inmediato y se divide en varias etapas clave:

  1. Recolección, evaluación y clasificación: las baterías que abandonan el mercado se someten a varias pruebas para determinar su estado y si son aptas para nuevos usos. Solo se reutilizan aquellas que aún presentan niveles aceptables de rendimiento y seguridad; las que presenten daños o riesgos, se descartan.
  2. Reacondicionamiento: se desmontan los módulos, se sustituyen los elementos defectuosos y se vuelven a ensamblar con nuevos sistemas de gestión electrónica (BMS) adaptados al nuevo uso.
  3. Verificación y validación: las baterías reacondicionadas deben cumplir normativas en materia de seguridad, rendimiento y compatibilidad, que garanticen su funcionamiento y fiabilidad en nuevas aplicaciones.

Ventajas económicas y ambientales

El uso de baterías de segunda vida contribuye significativamente a la economía circular y a la sostenibilidad, ya que posibilita:

  • Aplazar el reciclaje, que es un proceso más costoso y complejo a nivel técnico que la reutilización.
  • Reducir la extracción y el consumo de materias primas críticas, como el propio litio, el cobalto, el níquel o el grafito, que actualmente son consideradas estratégicas.
  • Disminuir la generación de residuos peligrosos, alargando la vida útil de las baterías y, por consiguiente, retrasando su tratamiento como posible residuo contaminante.
  • Minimizar la huella de carbono, evitando aumentar la producción de baterías nuevas.
  • Abaratar el almacenamiento energético.
  • Impulsar nuevas industrias ligadas al reacondicionamiento, logística y servicios energéticos.

Múltiples vías para la innovación

En el año 2030, el reciclaje de baterías de vehículo eléctrico en España proporcionará el 84,5% y el 60,2% del volumen de litio y cobalto, respectivamente, que necesitarán las nuevas baterías que se produzcan ese mismo año. Esta es una de las conclusiones del ‘V Informe Anual de Recyclia sobre Tendencias en la industria del reciclaje de RAEE y pilas en España’.

Aunque, hoy en día, la mayoría de las baterías reacondicionadas se destinan al almacenamiento de energía en tierra, se están explorando nuevas posibilidades. Entre ellas, se encuentran las aplicaciones aeroespaciales o marítimas, donde la fiabilidad energética es esencial y se requieren soluciones compactas, duraderas y seguras.

Asimismo, se está trabajando en el diseño de baterías modulares pensadas desde su origen para ser reutilizadas con facilidad, lo que simplificaría los procesos actuales de reacondicionamiento. Este tipo de soluciones abren la puerta a nuevos mercados y a un cambio de paradigma en el diseño de sistemas energéticos flexibles, adaptables y sostenibles.

batería coche eléctricoBatería de un coche eléctrico. Fuente: Shutterstock.

El concepto de ‘segunda vida’ en las baterías de litio se ha consolidado como una pieza clave para alcanzar una transición energética más limpia, eficiente y responsable. Desde un punto de vista técnico, ambiental y económico, supone una forma inteligente de prolongar la utilidad de un recurso valioso, reducir impactos negativos y generar nuevas oportunidades de desarrollo industrial.