La reciente ampliación de la Zona Económica Exclusiva (ZEE) española al oeste de Galicia, avalada provisionalmente por la ONU, sitúa a Galicia en el epicentro de un debate global: el futuro de los minerales críticos. Entre ellos, destaca el manganeso, un elemento esencial para la transición energética y tecnológica, cuyas reservas submarinas gallegas podrían cambiar el equilibrio geopolítico de Europa.

Propuesta potencial de expansión presentada a la ONU por el Estado español. Imagen: elDiario.es

Galicia, protagonista en el mapa mundial del manganeso marino

Los fondos marinos frente a la costa gallega albergan, según estimaciones científicas, el 79% de las reservas globales de manganeso en depósitos polimetálicos y costras de ferromanganeso. Zonas como el Banco de Galicia (a 180 km de Pontevedra) y Loma Cantabria (al norte de Estaca de Bares) han sido identificadas como enclaves con altas concentraciones de nódulos y costras ricas en manganeso, cobalto, níquel y otros metales estratégicos. Estas formaciones geológicas, creadas durante miles de años por la precipitación lenta de óxidos de hierro y manganeso, son prácticamente únicas y no reproducibles a escala humana.

La investigación liderada por el IGME (Instituto Geológico y Minero de España), en el marco del proyecto europeo MINDeSEA, ha confirmado la existencia y el enorme potencial de estos yacimientos, aunque su caracterización completa y la cuantificación de reservas aún están en curso.

El 79% del manganeso mundial estimado en fondos marinos, frente al 21% en tierra firme, da a Galicia un papel estratégico en el nuevo contexto geopolítico. Controlar y gestionar de manera soberana estos recursos permitiría a España y a Europa reducir vulnerabilidades ante restricciones de exportación, volatilidad de precios y tensiones comerciales.

La ampliación de la ZEE gallega y la investigación en curso ofrecen a la región la oportunidad de convertirse en proveedor estratégico de manganeso, cobalto y otros metales críticos, reforzando la autonomía industrial y energética europea y generando valor económico y tecnológico para Galicia.

Un mineral crítico para la transición energética y la autonomía europea

El manganeso es hoy un componente imprescindible para la fabricación de baterías de ion-litio (especialmente en los cátodos de vehículos eléctricos), semiconductores, aleaciones de acero de alta resistencia y tecnologías limpias. El acceso seguro y responsable a manganeso es condición previa para el desarrollo industrial, la movilidad sostenible y la independencia energética de Europa frente a la actual dependencia de China y otros proveedores asiáticos y africanos.

Además del manganeso, los nódulos y costras gallegas contienen cobalto (hasta un 4% en algunos casos), níquel, cobre, vanadio, telurio y tierras raras; todos ellos recursos codiciados en la carrera global por la transición ecológica y digital.

La singularidad y el valor de estos depósitos implican también una gran responsabilidad. El Banco de Galicia se encuentra propuesto como Lugar de Importancia Comunitaria (LIC) y Zona de Especial Protección para Aves (ZEPA), lo que exige cualquier actividad extractiva esté sujeta a una evaluación ambiental rigurosa y a elevados estándares de sostenibilidad.

Oportunidad y futuro: Galicia como referencia internacional

Galicia, gracias a la investigación científica liderada por el IGME y la colaboración europea, está en una posición única para desarrollar un modelo global de minería marina sostenible: tecnología de bajo impacto, monitoreo continuo de los ecosistemas abisales, protección ambiental y gestión responsable del recurso.

Si se avanza con rigor científico, innovación tecnológica y compromiso ambiental, Galicia podría convertirse en un referente internacional en el acceso responsable a recursos críticos en fondos marinos, liderando el desarrollo de estándares globales.

En un momento en el que la autonomía estratégica, la transición energética y la protección ambiental son prioridades para Europa, el manganeso bajo el mar gallego representa una oportunidad histórica para transformar la región en proveedor clave de minerales esenciales, generando empleo, conocimiento y valor añadido para las futuras generaciones.