En un contexto como el actual, cada vez están más valorados los destinos al aire libre en los que el oxígeno puro y la distancia de seguridad estén garantizadas.
Para disfrutar de estos verdes parajes de ensueño, no hace falta salir de las fronteras de la comunidad gallega: el Proyecto de Geoparque del Cabo Ortegal está situado al norte de la provincia de A Coruña y cubre un territorio de más de 630 km2, difundidos a través de cuatro rutas que permiten vislumbrar en conjunto el gran patrimonio geológico, natural, paisajístico y cultural (construcciones, tradiciones, gastronomía…) del enclave.
El gran valor geológico del Proyecto de Geoparque de Cabo Ortegal
Un geoparque es un territorio que, por sus características, supone un patrimonio geológico de relevancia mundial y con un alto valor para el conocimiento de la historia de la Tierra. Es importante que, además, sean figuras de gestión que conserven, divulguen y apuesten por la riqueza geológica como pilar fundamental para un desarrollo sostenible de las áreas en las que están asentados.
Concretamente, el interés geológico del Proyecto de Geoparque de Cabo Ortegal surgió como resultado del proceso de la Orogenia Varisca de hace 350 millones de años -en el ámbito científico se conoce como ‘Orogenia Varística’ a la colisión entre los continentes de Laurussia y Gondwana, que estaban inicialmente separados por el océano Rheico, y que finalmente acabarían también unidos al supercontinente Pangea-. Actualmente, un total de 52 lugares incluidos dentro de este territorio están catalogados como de Interés Geológico, de los cuales al menos 6 tienen relevancia internacional.
Toelo y otras rocas extrañas: el resultado de la Orogenia Varisca en Ortegal
El lento proceso de aparición y posterior desaparición de la gran Cordillera Varisca dio lugar a la presencia de rocas y formaciones que hacen a este lugar único en todo el mundo. Aunque la gran peculiaridad reside en la presencia, en la superficie de esta área, de un tipo de roca que habitualmente solo se encuentran en el manto de la Tierra, a más de 70km de profundidad.
En el centro de esta amplísima zona se encuentran también las antiguas minas de cobre de Moeche y Cerdido en las que pueden apreciarse estalactitas de llamativos colores verdes, azules y amarillos surgidas tras el cese de la actividad extractiva. Ambos municipios cuentan con otra rareza geológica: el toelo, un tipo de roca muy poco común de un color verde o gris con vetas, muy utilizada como piedra ornamental en la zona.
En conjunto, Ortegal supone para la ciencia geológica un gran campo de investigación, que aumentaría el conocimiento sobre los cambios y diferentes etapas que ha vivido nuestro planeta durante millones de años, así como de las costumbres y forma de vida de las civilizaciones coetáneas.
Un ‘Viaje al interior de la Tierra’ y a través de sus diferentes civilizaciones
En el contexto geográfico del proyecto de geoparque existen vestigios de actividad humana desde hace más de 6.000 años, tal y como atestiguan los enterramientos de la Edad de Bronce que han sido descubiertos esparcidos desde el límite costero norte hasta O Forgoselo. También existen pruebas de la romanización (castillos, iglesias, monasterios, tumbas antropomorfas, cruceros, etc.) y de toda la cultura inmaterial asociadas al conocimiento y a las tradiciones, entre las que destaca sobremanera San Andrés de Teixido, que supone el fin de un camino espiritual asociado al cristianismo.
“Contar esa historia o, mejor dicho, esos capítulos de la historia de la Tierra es lo que pretenden los geoparques de la UNESCO, que deben ser por esa misma razón, distintos entre sí en cuanto al conocimiento que ponen a disposición del público. En el caso del Proyecto de Geoparque del Cabo Ortegal, la diferenciación se encuentra precisamente en la aparición en superficie de rocas del Manto”, exponen en su página web. Por lo que, en definitiva, visitar Cabo Ortegal es como hacer un ‘Viaje al interior de la Tierra’, además de ser también el nombre que recibe la línea argumental formulada por el proyecto de geoparque.
Turismo, gastronomía y geología: todo lo que el Proyecto de Geoparque de Cabo Ortegal puede ofrecer
Con la denominación de la Unesco, el equipo directivo de la iniciativa pretende extrapolar el conocimiento adquirido gracias al estudio de la localización fuera de los límites de los círculos especializados. El principal objetivo, en sus propias palabras, es que los 28.300 habitantes de los siete municipios implicados (Cariño, Cedeira, Cerdido, Moeche, Ortigueira, San Sadurniño e Valdoviño), así como el resto de población española y mundial, reconozcan a Ortegal como un referente divulgativo y turístico.
Es decir, que, si dejamos a un lado la relevancia geológica de este proyecto, el territorio es también una mina de oro desde el punto de vista del ocio. Sentarse a disfrutar del atardecer en el banco más bonito del mundo (Loiba), atravesar la Serra da Capelada y capturar para el recuerdo una imagen de Vixía Herbeira, a 615 metros del nivel del mar, ir al majestuoso San Andrés de Teixido (actualmente, el segundo lugar en importancia de toda Galicia en cuanto a visitantes, solo superado por las rutas jacobeas) o contemplar el inconmensurable Océano Atlántico desde el Faro de Punta Frouxeira, son solo alguno de los planes que están esperando a todos los aventureros que se atrevan a disfrutar de un paraje que cuenta millones de años de historia a través de su suelo y paisaje.
La Serra de las Capeladas forma parte de los 10 mejores destinos turísticos de la comunidad autónoma y todas las villas históricas, con sus correspondientes construcciones eclesiásticas y restos arqueológicos, así como los castros de Sarridal y Prados y los castillos de Moeche, Naraío y la Concepción, se contemplan con una amplia red de senderos naturales y culturales. En este sentido, el Proyecto de Geoparque de Cabo Ortegal tiene mucho camino andado: entre los 7 municipios cuentan con más de 3.100 plazas de alojamiento y una amplísima oferta de empresas de turismo activo y hostelería.
La gastronomía es otro de los puntos fuertes del entorno. Asociada a productos de la máxima calidad (desde marisco y pesado, hasta carnes, pasando por la miel y los lácteos, entre otros muchos manjares) ofrece una experiencia de disfrute que, además, se autodetermina como sostenible y comprometida en términos tanto sociales, como ambientales.
En conclusión, el Proyecto de Geoparque de Cabo Ortegal reúne gastronomía, historia, turismo y geología en un solo lugar, hecho que lo convierte en un paraje perfecto para conocer nuestro pasado, pero también un motor importantísimo para el futuro de la economía local.