La competitividad de la Unión Europa en el siglo XXI se ve amenazada por la posibilidad de no asegurar un suministro de materias primas críticas estable y sostenible. Estas materias son fundamentales para para transición energética y la digitalización y ambos factores son decisivos para el crecimiento de la economía y la innovación tecnológica. Sin embargo, dado que los recursos se concentran en un puñado de países y la situación geopolítica se vuelve cada vez más tensa, la vulnerabilidad de Europa es cada vez más evidente.
En respuesta a estos desafíos, la Comisión Europea ha elaborado el informe ‘The future of European competitiveness. A competitiveness strategy for Europe’, que establece una estrategia integral para reducir la dependencia de las importaciones y fortalecer la autonomía europea en la producción y procesamiento de materias primas críticas.
La dependencia europea en materias primas críticas
El mercado mundial de minerales críticos para la transición energética ha duplicado su tamaño en los últimos años, situándose en los 300 mil millones de euros en el 2022. La demanda de litio, cobalto y níquel es mucho mayor debido al uso extensivo de la energía verde. Por ejemplo, la demanda mundial de litio se triplicó entre 2017 y 2022, y la de cobalto y níquel creció un 70% y un 40% respectivamente. La proyección de la Agencia Internacional de Energía (IEA) es que la demanda de minerales para tecnologías de energía verde crezca entre cuatro y seis veces para 2040.
Sin embargo, la oferta de materias primas críticas, especialmente en lo que respecta al procesamiento y refinado, está altamente concentrada entre un pequeño número de proveedores. Esto coloca a Europa en dos situaciones de riesgo: la volatilidad de los precios y el uso de estos minerales como arma geopolítica. China, por ejemplo, es el mayor procesador de níquel, cobre, litio y cobalto, representando entre el 35% y el 70% del procesamiento global, y las restricciones a la exportación de materias primas como estas por parte del gigante asiático han aumentado significativamente entre 2009 y 2020.
Otros centros económicos mundiales están tomando ya medidas para garantizar cadenas de suministro independientes y reducir su vulnerabilidad. China está adquiriendo activos mineros en África y América Latina a través de su iniciativa Belt and Road; Estados Unidos ha desplegado el Acta de Reducción de la Inflacción (IRA) y otros fondos de defensa para desarrollar capacidades de procesamiento, refinado y reciclaje en el ámbito nacional. Japón tiene un mandato estratégico desde la década de los 2000 para mejorar el acceso a proyectos mineros en el extranjero.
Europa frente a la dependencia frente a materias críticas
Para hacer frente a los desafíos relacionados con la dependencia de materias críticas y garantizar su competitividad, el informe de la Comisión Europea propone una estrategia integral que abarca varias áreas clave. Y aunque el Acta de Materias Primas Críticas (CRMA) de la UE es la dirección correcta, se necesita una estrategia completa que considere todas las etapas de la cadena de suministro, desde la extracción hasta el reciclaje de los minerales.
En primer lugar, se sugiere la creación de una Plataforma de Materias Primas Críticas para la UE que busque aprovechar el poder de mercado de Europa al agregar la demanda y negociar las compras con los países productores de manera conjunta. Esto permitirá que Europa aproveche su poder de mercado y adquiera los productos a un precio más bajo. Además, la plataforma debería gestionar las reservas estratégicas a nivel europeo, lo que amortiguará las fluctuaciones del mercado y garantizará el suministro en tiempo de crisis.
En segundo lugar, la UE debería fortalecer su diplomacia de recursos concentrándose en sus necesidades estratégicas. La logística conjunta con otros países compradores afines con Europa como Japón, Corea del Sur o Australia es imprescindible. Además, la UE debería explorar el potencial de la minería en aguas profundas de una manera sostenible, ya que se estima que el lecho marino contiene grandes depósitos de minerales críticos.
Aprovechar los recursos domésticos es otro componente importante de la estrategia. Según el informe, acelerar la apertura de minas domésticas podría permitir a la UE satisfacer toda su demanda de ciertos minerales críticos. Asimismo, es fundamental crear un verdadedo mercado único para el reciclaje y la circularidad, fortaleciendo un mercado secundario de residuos de materias primas críticas y coordinando las políticas de exportación de residuos dentro de la UE de manera que también puedan extraerse materiales encontrados en productos retirados, como vehículos eléctricos y aerogeneradores.
Otro aspecto fundamental que plantea el informe de la Comisión Europea es la innovación en materiales alternativos. Para poder reducir la dependencia de las importaciones de materias primas estratégicas, la UE tiene que aumentar la inversión en I+D+i para desarrollar materiales alternativos que puedan sustituirlas. Por ejemplo, empresas tecnológicas estadounidenses como Microsoft han utilizado recientemente la inteligencia artificial para desarrollar un nuevo material que podría reducir el contenido de litio en las baterías en un 70%.
En este sentido, la UE debe seguir una estrategia coordinada para reforzar su capacidad de producción interna en industrias estratégicas. En el caso de los semiconductores, en los que predomina el silicio, la UE debe maximizar sus esfuerzos para fortalecer la innovación y su presencia en los segmentos de chips más avanzados. Esto incluye la financiación de I+D+i, la creación de laboratorios de prueba y el apoyo a empresas del sector. Igualmente, es fundamental reforzar las consideraciones de seguridad en cuanto a adquisición de tecnología, así como favorecer el uso de proveedores de confianza para Europa.
Todas las iniciativas recogidas en el informe conducen a una reducción de la dependencia de la UE de la importación de materias primas críticas, a fortalecer su capacidad de producción interna y a asegurar un suministro sostenible y estable. La cooperación europea con otros socios internacionales es esencial, también, para el éxito de las medidas recogidas en el informe.