A finales del pasado año 2023, tuvo lugar la 28ª Conferencia de las Partes (COP28) de la Convención de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático en Dubái, Emiratos Árabes Unidos. El principal objetivo de la COP28 fue evaluar la situación actual del Acuerdo de París de 2015 para limitar el calentamiento global a 1.5°C por encima de los niveles preindustriales.
Este evento marcó un hito en la lucha contra el cambio climático al culminar el proceso conocido como el Inventario Global, una evaluación de los avances realizados hasta la fecha en la consecución de las disposiciones clave de dicho acuerdo. En este contexto, la industria minera juega un papel crucial, ya que los Materiales Críticos (CRM) como el litio, níquel, cobalto, cobre, manganeso, grafito y elementos de tierras raras son esenciales para las tecnologías de energía renovable.
Sin embargo, la extracción y el uso de estos materiales presentan desafíos complicados en términos de sostenibilidad y derechos humanos. Con la creciente demanda, las incertidumbres geopolíticas que afectan el suministro, y los significativos impactos ambientales y sociales que se generan, la COP28 ha establecido un nuevo rumbo. El evento ha recogido un llamado a la coordinación internacional y la acción urgente que garantice que la expansión masiva de CRM no socave el desarrollo sostenible.
La secretaria ejecutiva de la UNECE, Tatiana Molcean, destacó: “La descarbonización necesaria para el Acuerdo de París depende de grandes cantidades de Materiales Críticos. Por lo tanto, los líderes y la industria son responsables de garantizar que su extracción y uso sean lo más sostenibles posible. La buena noticia es que no necesitamos reinventar la rueda: la Clasificación de Recursos de la ONU y el Sistema de Gestión de Recursos de la ONU proporcionan herramientas para hacer precisamente eso, junto con los tratados de la ONU para garantizar que se tengan plenamente en cuenta los problemas ambientales y de derechos humanos”.
Desafíos de sostenibilidad ante la creciente demanda
Se espera que la demanda de litio aumente casi un 90% en 20 años. Se espera que la demanda de níquel y cobalto aumente entre un 60 y un 70%. Se espera un aumento del 40% en la demanda de cobre y elementos de tierras raras. Bajo el escenario de emisiones netas cero de la AIE, se espera que la demanda de estos materiales críticos se triplique para 2030.
Las discusiones en el evento paralelo oficial de la COP28 destacaron que los minerales también son de gran importancia económica, desempeñando un papel significativo en las economías de 81 países que representan el 25% del PIB mundial, el 50% de la población mundial y casi el 70% de las personas que viven en extrema pobreza.
Sin embargo, el uso de estos recursos finitos está lejos de ser sostenible en la actualidad. La huella material del mundo, actualmente de aproximadamente 100 mil millones de toneladas anuales, se prevé que se duplique para 2060. La extracción y el procesamiento de materiales, combustibles y alimentos contribuyen a la mitad de las emisiones totales de gases de efecto invernadero y a más del 90% de la pérdida de biodiversidad y el estrés hídrico.
Los intercambios de alto nivel enfatizaron que se requerirán esfuerzos concertados para garantizar el respeto a los derechos humanos y el bienestar en el corazón de una transición justa e inclusiva, incluyendo a los trabajadores de la industria extractiva, las comunidades indígenas y los defensores del medio ambiente.
Herramientas de recursos de la ONU proporcionan un lenguaje común
La Clasificación de Recursos de las Naciones Unidas (UNFC), desarrollada en la UNECE, se ha convertido en un estándar global para la clasificación, gestión e informe de todos los recursos, incluyendo los Materiales Críticos (CRM). Su uso está creciendo rápidamente en todo el mundo, con la Comisión Europea y la Unión Africana adoptándola para la gestión de recursos.
El Informe de Política del secretario general de la ONU pide a las industrias extractivas que alineen sus esfuerzos de gestión de recursos sostenibles con la UNFC. Basado en la UNFC, el Sistema de Gestión de Recursos de las Naciones Unidas (UNRMS) ofrece principios y requisitos para equilibrar el desarrollo económico, la sostenibilidad ambiental y la responsabilidad social.
El respaldo al UNRMS por parte del Consejo Económico y Social de las Naciones Unidas (ECOSOC) ha abierto oportunidades para su aplicación global. Varios países, incluyendo el Reino Unido, ya están probando el UNRMS para mejorar la circularidad en el uso de CRM y otros recursos.
Finalmente, la cooperación en la UNECE está contribuyendo a caminos más sostenibles para el desarrollo de CRM, a través de la trazabilidad y los estándares de Medio Ambiente, Social y Gobernanza (ESG).
La legislación puede ayudar a proteger los derechos humanos y el medio ambiente
Los países pueden utilizar los Acuerdos Ambientales Multilaterales de la ONU para ayudar a abordar los problemas sociales y ambientales vinculados a la expansión de CRM y otras actividades de recursos. Las Partes en los tratados de la UNECE, incluyendo la UE y la mayoría de los países europeos, están obligadas por principios que apoyan medidas prácticas en estas áreas.
Por ejemplo, el Convenio de Aarhus facilita el acceso a la información, la participación pública en la toma de decisiones y el acceso a la justicia en asuntos ambientales, incluyendo las actividades mineras. Se ha establecido un mecanismo de respuesta rápida en forma de Relator Especial bajo el Convenio para proteger a los defensores del medio ambiente, que están cada vez más amenazados en muchos países.