El cuidado del medio ambiente es uno de los activos de la minería moderna, especialmente en regiones como Galicia, donde existe una larga experiencia. La recuperación de antiguas explotaciones se ha convertido en una vía clave para demostrar que el desarrollo industrial puede ir de la mano de la sostenibilidad y la conservación del medio ambiente.

En los últimos años, Galicia cuenta con numerosos ejemplos de rehabilitaciones que han mejorado la biodiversidad en los espacios intervenidos, generando así nuevos valores paisajísticos, sociales y económicos.

La restauración ambiental de explotaciones de áridos

El aprovechamiento de los áridos (gravas, arenas y otros materiales usados fundamentalmente en construcción), como cualquier actividad humana, genera cierto impacto sobre el entorno durante la fase extractiva. Sin embargo, su restauración es viable debido a que las alteraciones geomorfológicas no son significativas.

Asimismo, la normativa vigente exige desde que todo proyecto minero incluya un plan de restauración ambiental, que debe aplicarse una vez finalizada la actividad extractiva. Los principales objetivos son:

  • Restablecer la geomorfología.
  • Recuperar suelos fértiles y promover la revegetación natural.
  • Restablecer o crear hábitats naturales funcionales.
  • Favorecer nuevos usos del terreno (ocio, agricultura, conservación, etc.).

Para alcanzar estas metas, se pueden llevar a cabo múltiples técnicas como el relleno y perfilado de taludes, la siembra de especies vegetales autóctonas, la creación de láminas de agua permanentes o temporales, o la instalación de elementos que favorezcan la biodiversidad (nidos, refugios para insectos, etc.), entre otras.

De la extracción a zonas naturales protegidas

Nuestra comunidad autónoma se ha convertido en una referencia estatal en cuanto a restauración ambiental de explotaciones de áridos. Las características climáticas de la región, abundancia de lluvias y suelos ricos en materia orgánica, facilitan la revegetación natural, que, unido a las mejores técnicas disponibles aplicadas por las empresas y a la evolución normativa, ha permitido el desarrollo de proyectos modélicos.

La laguna de Begonte (LU)

Hace casi una década, en 2016, la empresa ERIMSA, dedicada a la extracción de gravas silíceas, recibió un premio por parte de la Unión Europea de Productores de Áridos en reconocimiento a sus buenas prácticas ambientales en el proyecto de restauración de la laguna de Begonte, un área de gran valor ecológico que convive en absoluta armonía con una concesión activa para la explotación minera.

La estrategia de restauración progresiva aplicada por la empresa consistió, entre otras cosas, en ir modelado el terreno para favorecer la acumulación natural de agua. De este modo, los huecos generados durante el proceso de explotación se fueron llenando de agua de forma natural.

El resultado se ve reflejado en la formación de una serie de lagunas en el entorno de Riocaldo y de nuevas zonas de bosque de ribera. Con este proyecto de restauración ambiental, ERIMSA pretende poner en valor la zona mediante un plan de impulso al turismo ambiental, el proyecto Begonte Natura-Ecoparque Lagunas de Riocaldo, destacando el paisaje y la diversidad biológica del entorno de la laguna.

La zona de actuación forma parte de la Red Natura 2000 por ser considerada un área privilegiada para la conservación de la biodiversidad, Por todo ello, la laguna de Begonte es un ejemplo de cómo una explotación minera de áridos puede reintegrarse en el paisaje circundante, generando un valor añadido para la comunidad.

Fuente: Erimsa

La laguna de Antela (OU)

En Ourense, en la zona de A Limia, las empresas Graveras Castro, Corporación Arenera de A Limia y Áridos Antelanos, llevaron a cabo un proyecto de restauración ambiental considerado de los más importantes a nivel europeo. El objetivo era por un lado recuperar zonas húmedas similares a las de     la laguna de Antela mediante la recreación  del  estado original que existía en  la década de los cincuenta del siglo pasado, antes de la desecación del gran volumen de agua para su transformación en terrenos agrícolas; Ypor otro lado, demostrar la compatibilidad de la actividad con el medio ambiente en la recreación de espacios de biodiversidad anteriormente eliminados

Como afirman desde la Asociación Galega de Áridos (ARIGAL): “El humedal está recuperando poco a poco el aspecto definido en el plan de recuperación y ya es posible observar una gran variedad de aves y fauna acuícola, sobre todo aves migratorias, que tienen sus nidos en el entorno y que son cada vez más numerosas, multiplicándose por diez en los últimos 30 años”.

El plan de rehabilitación también contempla varias actuaciones para asegurar un nivel de conservación adecuado para los hábitats de las especies que vivieron en la zona en el pasado, cuando la laguna de Antela era la más grande de España, con 42 kilómetros cuadrados de extensión.

Fuente: Brais Lorenzo.

Más allá de la normativa: un cambio de enfoque

Aunque la legislación vigente obliga a contemplar la restauración ambiental en cualquier proyecto minero, lo verdaderamente transformador es el cambio de enfoque que se ha producido: de contemplarla como un trámite legal, se ha pasado a concebirla como una oportunidad. Las empresas del sector llevan años siendo conscientes de que una buena restauración genera un impacto muy valioso del que podrán beneficiarse las generaciones venideras.

Además, la experiencia gallega pone en evidencia el aprovechamiento de áridos es compatible con el medio ambiente y que la restauración no debe limitarse a la reposición del terreno, sino que puede y debe generar valor añadido: reservas de biodiversidad, espacios de ocio, recursos turísticos o zonas de investigación ecológica.

Todo ello es el resultado de la combinación de concienciación empresarial, condiciones naturales favorables y una normativa exigente. A medida que el sector avanza, la restauración ambiental deja de ser el final de un proceso para convertirse en una oportunidad clave de regeneración, colaboración y futuro para los territorios donde se desarrolla la actividad extractiva.