La minería sostenible se alza como una de las soluciones más efectivas en la protección de las masas forestales y la biodiversidad, sobre todo, en el tercer mundo. Es una de las conclusiones que se extraen del informe ‘Extracted Forest’ elaborado por la ONG WWF en el que se señala que el fomento y la realización de prácticas mineras sostenibles logran minimizar el impacto ambiental, social y promover la restauración de tierras.
Durante décadas, la relación entre la minería y la deforestación en los países menos desarrollados ha sido objeto de atención. Es cierto y reconocido que la minería que se lleva a cabo en las regiones más vulnerables y remotas carece en muchos casos de controles a nivel social, medioambiental y legal. Esto acarrea, a menudo, graves consecuencias para las poblaciones autóctonas, los bosques y su ecosistema.
Pero la preocupación por las consecuencias de la explotación indiscriminada de estos recursos naturales, minerales y metales, en países del tercer mundo ha ido en aumento en los últimos años. En muchos casos, sus recursos mineros resultan básicos para asegurar una transición progresiva hacia una economía verde y más respetuosa. De ahí que la minería sostenible sea vital para garantizar el mayor bienestar para estas poblaciones y su entorno.
¿De dónde partimos? La relación entre minería incontrolada y deforestación
El informe publicado por WWF considera que la minería es el cuarto mayor impulsor de la deforestación teniendo en cuenta sus impactos directos e indirectos. Los impactos directos se refieren a la huella causada por la propia explotación minera y por la expansión de su área. Los indirectos están relacionados con los impactos producidos en el entorno como puede ser la construcción de carreteras o de infraestructuras para el proceso del material minero.
La ONG hace un análisis de los impactos directos de la minería en los ecosistemas forestales entre 2001 y 2021 e indica que el 84% ocurrieron en 10 países, principalmente en Indonesia con más de 3500 kilómetros cuadrados de bosques destruidos; Brasil, con cifras cercanas a los 1700 km cuadrados; y Rusia. El 71% provocados por la explotación de oro y carbón.
De hecho, ilustran a través de varios casos de estudio el cómo la minería ha contribuido a la deforestación de la Amazonía brasileña afectada por la extracción ilegal de oro, causando la degradación de vastas extensiones de bosques y contaminación de ríos; y también en Indonesia, donde la explotación incontrolada de carbón y minerales llevando a la pérdida de hábitats críticos para especies en peligro de extinción.
Pero no solo la minería ilegal provoca un fuerte impacto en los ecosistemas, sino también la minería tradicional. WWF hace una distinción entre la minería a gran escala y la minería tradicional, ya que sus impactos directos e indirectos sobre los bosques y la población son también muy diferentes. La minería a gran escala es una actividad formal y regulada, con tecnologías de extracción y procesamiento a escala industrial y que debe realizarse cumpliendo estrictamente la normativa medioambiental y social. Esto no ocurre con la minería tradicional, que está mucho menos regulado, por lo que el uso de métodos de extracción más dañinos y con pocas medidas de rehabilitación. Es cierto que la minería tradicional aporta ingresos a poblaciones locales del tercer mundo. Un claro ejemplo, que destaca el informe es la República Democrática del Congo, en el que calcula que unos 12 millones de personas participan de manera directa e indirecta en su actividad y de ellas depende su economía familiar. Pero no es menos cierto que la falta de regulación provoca mayor vulnerabilidad ante la explotación laboral, como es el caso del trabajo infantil y unas condiciones que rozan la esclavitud, según datos del Banco Mundial.
¿Por qué la minería sostenible es una solución a la minería ilegal?
La minería sostenible es un enfoque responsable de la actividad minera que en los últimos años ha caracterizado la forma de proceder de las empresas en Europa, significativamente en España, con logros manifiestos. Sus objetivos es minimizar sus impactos negativos en el medioambiente, las comunidades locales y la economía, pero no de manera puntual, sino a lo largo del tiempo, y maximizar los beneficios sociales y económicos. ¿Qué caracteriza a la minería sostenible?
Lo que se busca es equilibrar la propia actividad minera con la protección del medioambiente y el bienestar de la sociedad y su entorno. En primer lugar, la responsabilidad ambiental, reduciendo al máximo los impactos negativos en el entorno natural, como la degradación del suelo, y promoviendo la restauración de áreas mineras tras el cierre de la actividad. De hecho, la conservación de recursos es otra característica, ya que trata de usar los minerales de forma eficiente garantizando que las reservas puedan satisfacer necesidades futuras. Además, impulsa la eficiencia energética en las explotaciones reduciendo el consumo y las emisiones de CO2 a través de la apuesta por tecnologías limpias, innovadoras y más eficientes.
Pero eso no es todo, antes de iniciar una actividad minera, se realiza una evaluación exhaustiva de los posibles impactos en la sociedad y el medioambiente para poder incorporar las medidas adecuadas que mitiguen esos efectos.
Otra de sus preocupaciones es el desarrollo socioeconómico local, impactar de manera positiva a través de la generación de beneficios económicos y sociales. Esto se logra no solo con la creación de empleo, sino la puesta en marcha de infraestructuras y programas de desarrollo de la comunidad. Y entre sus características también se desliza la transparencia y la rendición de cuentas de las operaciones mineras, gestionando sus desechos de manera adecuada y cumpliendo con las regulaciones ambientales. Entre ellas, la protección de la salud y la seguridad no solo de los trabajadores de las empresas mineras, sino también de las comunidades del entorno. E, incluso, más allá, pues la minería sostenible cumple las leyes y regulaciones nacionales, internacionales, pero también apuesta por mejorar los estándares y la excelencia en las prácticas de la industria.
Llamada a la acción por un mundo sostenible
El informe de WWF realiza una llamada a la acción a todos los agentes involucrados: responsables políticos, industria minera, sector privado y sociedad en general. Las masas arbóreas son fundamentales para la naturaleza y para las personas, para asegurarnos un futuro sostenible. Proporcionan aire limpio, hogar a una gran diversidad de especies animales y vegetales. Pero, lo más importante, ayudan a regular el clima y albergan, en muchos casos, un recurso fundamental, el agua, que se está convirtiendo en artículo de lujo ante las consecuencias devastadoras del cambio climático.
Además de medidas reguladoras y legales, la concienciación a través de la labor de los gobiernos y la sociedad en general puede ejercer una enorme influencia para exigir transparencia y trazabilidad en las cadenas de suministro de minerales y aumentar la investigación y el uso de materias primas recicladas. Todo ello con la ayuda de las buenas prácticas de una minería sostenible que, día a día, se hace más necesaria para asegurar un futuro positivo para la humanidad.