El cemento es uno de los materiales básicos de cualquier construcción, da igual que imaginemos una pequeña acera o un rascacielos: sus propiedades conglomerantes y su moldeabilidad hacen que se utilice de forma intensiva a nivel mundial.
La mezcla perfecta de minerales
Aunque en el resultado final lo único que veamos sea un sólido granulado grisáceo y homogéneo, en la composición del cemento se esconden múltiples minerales que en conjunto le otorgan esas características especiales.
Los primeros componentes que intervienen en la creación del cemento son ciertas rocas sedimentarias como la calcárea, determinadas arcillas o la marga. La proporción de materias primas ha de ser la adecuada para que el cemento tenga la cantidad de óxidos adecuada.
Una vez dosificados los elementos, se muelen, se cuecen y se enfrían para dar como resultado el clinker, un producto semielaborado que constituye la base del cemento y por lo tanto del hormigón.
En función de la cantidad de agua empleada durante la molienda de los materiales y antes de su entrada al horno, se pueden distinguir tres tipos de proceso de fabricación: vía seca, vía húmeda, vía semiseca y semihúmeda.
Una vez obtenido el clinker aún es necesario añadir las cantidades precisas de yeso y otros aditivos como puzolanas (materiales silíceos), calcaria, cenizas volantes (residuos sólidos procedentes de la combustión en centrales termoeléctricas), escoria granulada de alto horno (obtenida durante la fabricación de acero) y humo de sílice (un subproducto originado mediante la reducción de cuarzo). Estos 3 últimos aditivos proceden de otras actividades industriales, por lo que la industria cementera convierte lo que podrían ser residuos en un recurso fundamental para el desarrollo.
Tanto a la hora de crear el clinker como en la última fase de fabricación del cemento, la mezcla de materiales se realiza mediante impactos de cuerpos mecánicos o a fuerzas de compresión elevadas mediante prensas y molinos.
La importancia de los áridos para el cemento
Puede que los áridos sean los grandes desconocidos de la minería, ya que cuando la mayoría de la gente piensa en el sector minero gallego piensa en granito, en pizarra, en metales; pero no en estos productos que constituyen la segunda materia prima más consumida a nivel mundial donde cada persona consumirá a lo largo de su vida 10000 veces su peso en áridos.
Los áridos son gravas y fragmentos de rocas de pequeño tamaño que sirven para construir grandes obras: viviendas, oficinas, aeropuertos, hospitales, puertos, vías de ferrocarril. Son los componentes de prefabricados como ladrillos, bloques, tubos… y también forman parte de la composición del cemento y de sus derivados como morteros y hormigones, fundamentales para asegurar la calidad de las construcciones.
El cemento en cifras
La industria del cemento tiene un gran volumen a nivel internacional, con una producción que supera los 2.200 millones de toneladas al año. En España, durante 2018, la demanda de este material creció un 8,5% con respecto al año anterior.
El sector cementero en Galicia está representado por una única fábrica que mueve grandes cifras: Cementos Cosmos, situada en el municipio de Oural, en la provincia de Lugo. Se trata de una empresa de gran trayectoria y con la que colaboró el químico y geólogo Isidro Parga Pondal, que la convirtió en la primera cementera gallega en producir cemento artificial.
En Oural se llegan a producir al año más de 400.000 toneladas de cemento, siendo característico por contener calcarias, losas, cenizas de pirita y arenas silíceas.