Pocos creían en este material que hasta entonces no se utilizaba más que en los lugares donde se asentaban las canteras. El granito, explotado en las canteras de la familia de su madre, fue la base fundamental de buena parte de los proyectos de Antonio Palacios.
Fue así como lo empleó en muchos de sus proyectos como en el Círculo de Bellas Artes en Madrid. De hecho, el granito se utiliza por primera vez en España en las columnas del Banco del Río de la Plata, (actual Instituto Cervantes), obra de Palacios en Madrid.
Instituto Cervantes
La industria granitera de Galicia, con toda su potencia económica e industrial le de debe casi todo a dos personajes históricos: Antonio Palacios Ramilo y a su primo Octavio Ramilo Portela. Los dos buscaron en las rocas de O Porriño, en las parroquias de Atios y Budiño, los materiales con los que construir sus sueños.
Hasta el inicio del Siglo XX, antes de que ellos aportasen su visión para el uso del granito y la maquinaria adecuada para su transformación, la piedra sólo había sido utilizada de manera tosca para la construcción de viviendas, cuadras, cierres perimetrales de fincas, postes de viñedos, mampostería y adoquinado de algunos caminos y carreteras. Y siempre en los entornos locales del área de Porriño y Vigo.
Antonio Palacios fue uno de los primeros arquitectos en descubrir las cualidades del granito, que no podía emplearse para ornamentación porque su elevada dureza impedía un pulimentado manual y un tratamiento industrial. Por ello, cuando su primo Octavio Ramilo, propietario de yacimientos de granito fue capaz de instalar en 1928 el primer aserradero de bloques en Vigo, equipado con maquinaria de corte y pulimentado, Palacios aprovechó todo su potencial.
Considerado uno de los arquitectos más importantes e influyentes en España durante la primera mitad del siglo XX, Antonio Palacios (1874-1945) fue el responsable de algunos de los edificios más emblemáticos de Madrid que contribuyeron a transformar la ciudad en una metrópoli moderna. El granito, explotado en las canteras de la familia de su madre, fue la base fundamental de buena parte de sus proyectos
En 1892 Antonio Palacios decide trasladarse a Madrid para cursar los estudios de arquitectura, que remató en 1900. Durante sus años de formación académica comenzó a asimilar las influencias de arquitectos como Viollet le Duc, Otto Wagner y Velázquez Bosco. Será con su amigo y compañero de universidad, Joaquín Otamendi, con quien comience a desarrollar una trayectoria profesional de reconocido prestigio.
Ayuntamiento de Madrid
Tras realizar varios proyectos, en 1904, gana el concurso del Palacio de Comunicaciones, actual sede del Ayuntamiento de Madrid en la Plaza de Cibeles, durante décadas sede de Correos y denominado popularmente ‘Nuestra Señora de las Comunicaciones’. El prestigio alcanzado les serviría para encadenar una larga serie de proyectos durante las siguientes décadas. Además de la casa palacio de Demetrio Palazuelo (1908-1911) y varias construcciones del Balneario de Mondariz (Pontevedra), firmarían tres de sus obras más emblemáticas: el Hospital de Maudes (1908-1916) y el edificio del Banco Español del Río de la Plata (1911-1918) –actual sede del Instituto Cervantes–, así como el Círculo de Bellas Artes (1919-1926).
En la etapa más prolífica de su carrera, durante las dos primeras décadas del siglo XX, Antonio Palacios mostró su capacidad para compaginar sus grandes proyectos públicos con la construcción de viviendas y locales comerciales. De estos últimos destacan la Casa Palazuelo (1919-1921), la casa Matesanz (1919-1923), el Hotel Avenida (1921-1924) o el desaparecido Hotel Florida (1922-1924), muestras de una arquitectura metropolitana inspirada en los grandes edificios norteamericanos, en las que además comienza a experimentar con la utilización de nuevos materiales. En esta misma línea se enmarcaba el Banco Mercantil e Industrial (1932-1941), último edificio que proyecta en la capital.
Banco Mercantil e Industrial
Su trabajo en el centro de Madrid no tiene comparación con ningún otro arquitecto. El porriñés diseñó entre la Gran Vía, la calle de Alcalá y la Puerta del Sol, el centro más turístico en la actualidad, una cantidad de edificios abrumadora. En casi todas sus actuaciones incluyó el granito de Galicia, o de otras localidades del centro peninsular, así como granito de Argentina o Suiza, como elemento ornamental o como base constructiva. A pesar de que su contribución puede ser comparada con la de Gaudí en Barcelona u Otto Wagner en Viena, su obra y figura no han tenido gran reconocimiento.
El granito del Metro de Madrid
Desde 1919 hasta su retirada trabajó como arquitecto del Metro de Madrid, creando el estilo constructivo y una imagen que perduran más de 100 años después. Desde el diseño del icónico rombo, la línea decorativa de los vestíbulos y pasillos, las bocas de entrada y los pabellones de acceso de Sol y Red de San Luis y otros espacios, su impronta todavía se pueden contemplar en muchos puntos de la red de Metro de Madrid.
Como referente del Metro levantó una monumental estación en la Gran Vía, coronada por un enorme templete de hierro, granito y cristal, cubierto por una gran marquesina que se elevaba en la Red de San Luis. Esta construcción se desmontó en 1970 y hoy se encuentra emplazada en Porriño. Madrid pretendió en varias ocasiones recuperar el templete, la última para reubicarla en la misma zona en la que fue construida como remate de obras de remodelación del Metro.
La obra gallega de Antonio Palacios
Junto a Madrid, Galicia fue otro foco de actividad de Antonio Palacios. Proyectó un plan de Ensanche y reforma interior de Vigo en los años 1930, en el que integraba el espacio rural al desarrollo propio de la ciudad. Sin embargo, no fue llevado a cabo.
Una de sus obras emblemáticas es el teatro García Barbón en Vigo. En el edificio predomina el granito blanco de Castrelos, que para Palacios era el principal elemento de los edificios vigueses.
También el granito se utiliza en la farmacia y vivienda Nova, diseñada en 1909 para uso de su hermano José Palacios. El edificio del Concello de Porriño es otro de sus proyectos destacados así como el Templo del Mar en Nigrán, donde se combinan mármol y granito, junto con varios edificios del Balneario de Mondariz, como el Gran Hotel Sanatorio, el edificio La Baranda y el Pabellón Fuente da Gándara, así como el templo de la Vera Cruz de O Carballiño y la central eléctrica del Tambre.
