El agua que brota de las rocas de Galicia

2019-05-23T17:16:09+02:0006/04/2019|

El agua mineral es aquella de procedencia subterránea que tiene valor por su contenido en sustancias disueltas y que aflora a través de manantiales naturales o artificiales. Entre el contenido mineral del agua, pueden destacar una o varias sustancias que le darán el nombre. Así, se habla de agua magnésica, fluorada, sulfatada, sódica… El agua mineral puede aflorar de forma natural, a través de un surgimiento o manantial, o bien puede ser extraída artificialmente mediante un sondaje más o menos profundo.

En España, las aguas minerales están reguladas por la legislación minera. El interés de estos recursos deriva de dos posibilidades de utilización:

  1. Utilización como agua natural y medicinal, aprovechando la calidad y el poder curativo de las aguas. Este aprovechamiento se realiza mediante el envasado del agua, o en balnearios, donde las aguas además son termales.
  2. Aprovechamiento minero de las sustancias que contienen.

Por su parte, el agua termal es aquella que aflora con una temperatura elevada, por lo menos 4 grados superior a la temperatura media de la zona. Aunque la denominación de agua termal no es sinónimo de agua mineral, casi todas las aguas termales son también minerales. De hecho, la temperatura del agua va asociada a sus características geoquímicas y al recorrido realizado por el interior del subsuelo. El termalismo es una de las características más frecuentes de las aguas minerales, pero no siempre está presente.

Aspectos geológicos de las aguas minerales

Las aguas de las fuentes y manantiales se originan con las precipitaciones atmosféricas. El agua meteórica es muy reactiva, y aquella porción del agua de lluvia que se infiltra en el subsuelo se va enriqueciendo de sustancias conforme atraviesa el suelo y las rocas. A lo largo de su recorrido subterráneo, que puede llegar a ser muy profundo, navega a través de nuevos minerales y distintos ambientes fisicoquímicos, modificando las sustancias que lleva en su disolución.

Para que el agua subterránea pueda ser considerada mineral, debe llevar una cantidad de minerales en su disolución que le confieran el interés. Los factores que influyen en el contenido mineral de las aguas son:

  • Contexto geológico general, que establece la disposición de las unidades acuíferas por las de discurre el agua subterránea, así como la profundidad a la que llegará el agua y la rapidez de los flujos, en definitiva, el tiempo de permanencia dentro del subsuelo. La presencia de grandes fracturas facilita la ascensión de aguas profundas, lo que se considera un factor clave en el surgimiento de aguas termales.
  • Profundidad a la que llegan las aguas. Es un factor determinante de su quimismo, pues las altas temperaturas y presiones facilitan la disolución de minerales.
  • Composición química de los materiales que atraviesan, que influyen en el tipo de mineralización del agua. Así, la presencia de cuerpos mineralizados o sales acerca esas sustancias al agua, con más presencia cuanto mayor sea el tiempo de permanencia del agua en esa roca, en función de la disposición estructural y de la permeabilidad.
  • La actividad biológica. Los microorganismos consumen el oxígeno con su respiración y se encargan de reducir nitratos, sulfatos, carbonatos y bicarbonatos, produciendo gases y modificando el potencial REDOX, lo que incide también en la solubilidad de algunos minerales.

El agua de lluvia tiene una temperatura algo inferior a la temperatura ambiente, pero al infiltrarse y ganar profundidad se va calentando al entrar en contacto con las rocas, pues cada vez están más calientes. Este es el origen del termalismo, que se puede dar en dos situaciones que favorecen el surgimiento de estas aguas calientes:

  1. Zonas con elevado gradiente geotérmico –zonas con vulcanismo o plutonismo, zonas tectónicamente activas…– que calienta el agua sin necesidad de que se alcancen grandes profundidades.
  2. Gradiente geotérmico normal con circunstancias estructurales (grandes dobladuras o fallas) que favorecen el rápido ascenso de aguas profundas.

En definitiva, el tiempo de residencia de las aguas en el acuífero, la profundidad que llegan a alcanzar en algún momento de su recorrido, y las características estructurales, litológicas y térmicas de las zonas que atraviesan, dan lugar a la mineralización de las aguas y la adquisición térmica.

Características de las aguas minerales

Composición química

Puede ser muy variada, encontrándose aguas de muy diferente composición, desde soluciones muy diluidas, hasta otras con mayor salinidad que el agua del mar. Pueden encontrarse, además, gases libres o disueltos.

Entre los iones, los más abundantes son: cationes (calcio, sodio, potasio, magnesio…), y aniones (cloruros, sulfatos, nitratos, bicarbonatos…). En función de los aniones y cationes predominantes, las aguas reciben una denominación diferente. Por ejemplo, el agua bicarbonatada cálcica magnésica es aquella que tiene como aniones predominantes el calcio y el magnesio. La dureza del agua es una expresión del contenido en calcio y magnesio disueltos en agua. Además puede aparecer hierro, carbonatos, litio, flúor, boro, arsénico y otros iones en concentraciones menores pero que pueden resultar interesantes.

Por lo general, las rocas calcáreas sedimentarias van a producir aguas bicarbonatadas cálcico-magnésicas, mientras que las evaporitas acostumbran dar aguas de tipo sulfatado y clorurado sódico, cálcico, magnésico o potásico. En cuanto a las rocas ígneas, aún que la presencia de sulfuros metálicos o depósitos minerales hidrotermales dan frecuentemente aguas con una composición especial, en general los granitos dan aguas bicarbonatado-sódicas, de baja salinidad y elevando pH, mientras que gabros y peridotitas dan lugar a la formación de aguas bicarbonatadas o sulfuradas cálcico-magnésicas ricas en hierro.

Temperatura

En las cuevas y en los primeros metros de la superficie terrestre, la temperatura es igual a la media anual de la zona. Las aguas presentan a menudo diferencias con respecto de este valor, a consecuencia de su recorrido subterráneo. La Ley de Minas define las aguas termales como aquellas cuya temperatura de alumbramiento es superior a más de cuatro grados a la temperatura media del lugar.

Caudal de las aguas minerales

El caudal es el volumen de agua por unidad de tiempo, así que se refiere a la cantidad de agua disponible en el punto de alumbramiento. Los caudales constantes a lo largo del año son propios de surgimientos de procedencia profunda, mientras que los que mantienen grandes diferencias estacionales tienen un recorrido más superficial. En líneas generales, las aguas minerales corresponden con flujos hidrogeológicos profundos, con caudales, temperatura y composición química estable.

Clasificación de las aguas minerales

Las aguas minerales se pueden clasificar según la legislación minera o según su composición química.

Según la legislación minera

  • Las aguas minero-medicinales, aquellas alumbradas de forma natural o artificial y que por sus características y calidades son declaradas de utilidad pública.
  • Las aguas minero-industriales, aquellas que permiten el aprovechamiento racional de las sustancias que contengan. Por ejemplo, las aguas saladas de las que se obtiene sal por medio de la evaporación.

Según su composición química

  • De mineralización muy débil, hasta 50mg/l de residuo seco.
  • Oligometálicas o de mineralización débil, hasta 50mg/l de residuo seco.
  • De mineralización fuerte, más de 1.500mg/ de residuo seco.
  • Bicarbonatadas, más de 600mg/l de bicarbonato.
  • Sulfatada, más de 200mg/l de sulfatos.
  • Clorurada, más de 200mg/l de cloruros.
  • Cálcica, más de 150mg/l de calcio.
  • Magnésica, más de 50mg/l de magnesio.
  • Fluorada, más de 1mg/l de floruros.
  • Ferrosinosa, más de 1mg/l de hierro bivalente.
  • Sódica, más de 200mg/l de sodio.
  • Acidulada, más de 250mg/l de CO2
  • Indicada para la preparación de alimentos infantiles.
  • Indicada para dietas pobres en sodio, de hasta 20mg/l de sodio.
  • Puede ser laxante.
  • Puede ser diurética.

Pese a que todas las aguas minerales tengan unas características comunes, no hay dos aguas minerales iguales. Su procedencia, ya que cada una es obtenida de un acuífero distinto, su composición constante, caracterizada por una serie específica de minerales, oligoelementos y otros componentes específicos que contengan las rocas, y su sabor, definido por su composición concreta, hacen que incluso al probarlas, las aguas minerales sean completamente distintas.

Hay una gran variedad de aguas minerales, por lo que con sólo consultar sus ingredientes ya se puede conocer su procedencia.