El éxito del vino procede de la tierra

2020-03-31T11:42:46+02:0031/03/2020|

La elaboración de un buen vino depende de muchos factores, considerando el suelo como uno de los más relevantes. Los cultivadores de uva son conscientes de la importancia y relación directa que tiene la geología con sus vinos; pero en la mayoría de los casos, esto es ignorado por los consumidores.

En primer lugar, es necesario definir el vocablo “suelo”, considerándolo como el resultado de la interacción del clima y de los seres vivos, como factores activos, sobre el tipo de roca y el relieve durante un tiempo de actuación determinado.

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En el momento en el que se mencionan las palabras suelo y vino, automáticamente se pronuncia el término francés “terroir”, ya que, cuando se destaca la importancia del clima, la geología, el relieve o cualquiera de los otros factores citados sobre la calidad del producto, se reconoce indirectamente la influencia del suelo.

Cada suelo es distinto y varía según la zona en la que se sitúe, afectando directamente a sus vinos, y por ello, es necesario mostrar esta variación analizando las distintas zonas productoras vitivinícolas. Veamos las especificidades de las denominaciones de origen de Galicia.

La riqueza de los suelos en las Rías Baixas

La Denominación de Origen Rías Baixas se encuentra ubicada en su mayoría en la provincia de Pontevedra, mientras que otra pequeña parte pertenece a A Coruña, con una extensión superior a las 4.000 hectáreas. Se divide en cinco subzonas, siendo estas Val do Salnés, O Rosal, Ribeira do Ulla, Condado do Tea y Soutomaior.

En esta zona, el tipo de roca que predomina es el granito. La subzona de O Salnés se ve afectada por rocas metamórficas, a su paso por los ayuntamientos de Sanxenxo, O Rosal y Tomiño, siendo necesario no olvidar que a lo largo del río Umia se encuentra un depósito de gravas, arenas y arcillas. Asimismo son bastante frecuentes en las cinco subzonas nombradas anteriormente los depósitos cuaternarios aluviales y aluvio-coluviales.

Las subzonas de Condado do Tea y O Rosal propician abundantes depósitos sedimentarios recientes, destacando las terrazas de Louro y Miño.

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“La mayoría de los suelos del área de producción de la D.O. Rías Baixas, principalmente en las subzonas de Salnés y Soutomaior, son de origen granítico, ricos en cuarzo y con pocos minerales alterables, por lo que en su mayor parte son de constitución arenosa. En la subzona del Ulla los materiales son más variables, con suelos sedimentarios en la vega de Padrón, o graníticos o de esquistos, éstos más profundos, en zonas más altas. En el Rosal y Condado do Tea predominan los suelos aluviales asociados a las terrazas del Miño, con gravas y grandes cantos de cuarzo acompañados de arcillas y arenas asociadas a rocas in situ de naturaleza granítica”, explica el presidente del Consejo Regulador de la D.O. Rías Baixas, Juan Gil de Araujo. https://n9.cl/qm62

En la D.O. Rías Baixas, la mayoría de viñedos se encuentran ubicados a poca distancia del mar, por lo que son terrenos bajos y poco profundos, que como máximo llegan a los 300 metros sobre el nivel mar. Esta ubicación provoca que los suelos se caractericen por ser principalmente arenosos y minerales, especialmente graníticos, y algo ácidos, lo que le confiere toques de salinidad a los vinos.

El «sábrego» de O Ribeiro

La Denominación de Origen O Ribeiro se encuentra ubicada en el borde noroccidental de la provincia de Ourense y los valles formados por los ríos Miño, Avia y Arnoia, con una extensión aproximada de 2.500 hectáreas.

La mayoría de los suelos vitícolas pertenecientes al Ribeiro presentan carácter granítico con texturas franco-arenosas y en menor medida areno-francosas. Además se pueden encontrar tanto suelos de materiales metamórficos de esquitos como los formados a partir de materiales sedimentarios con texturas más francas.

Suelen ser suelos de reacción ácida, caracterizados por ser pobres en materia orgánica y contenido en calcio que tiende a ser bajo. Disponen de una profundidad media que oscila entre los 70 y 100 cm, con elevados contenidos en arena (mayormente en el horizonte superficial) que contrastan con el escaso contenido en arcilla (por debajo del 20%). Gran parte de los cultivos están abancalados para reducir la erosión y aprovechar el agua del riego facilitando el laboreo, ya que así se aprovechan las laderas y la insolación. La característica fundamental que marca el territorio de O Ribeiro, es el minifundismo, una orografía muy compleja y trabajos en viñedos con usos de técnicas muy tradicionales.

Los contenidos en materia orgánica oscilan entre el 2% y el 4% para la capa arable y suelen estar por debajo del 3% en el subsuelo. Desde el punto de vista físico‐químico los suelos tienen tendencia a la acidificación que normalmente es corregida por los viticultores.

La capa arable presenta contenidos en materia orgánica que oscilan entre el 2% y el 4 %, mientras que en el subsuelo suelen estar por debajo del 3%.

Es necesario mencionar el “sábrego”, siendo un tipo de granito descompuesto, algo característico del Ribeiro que se encuentra en abundantes cantidades.

Valdeorras y su diversidad

La comarca de Valdeorras la forman los municipios de A Rúa, A Veiga, Carballeda, Larouco, O Barco, O Bolo, Petín, Rubiá y Vilamartin. En todos ellos se produce vino DO Valdeorras, menos en el municipio de A Veiga.

La zona posee una gran diversidad de suelos: aluviales, calizos, graníticos, predominando los arcillosos y los de pizarra con tierras rojas y negras donde crece el  castaño, la vid y el olivo. La comarca abarca un total de 3.000 hectáreas. El río Sil atraviesa la comarca de este a oeste formando un valle con laderas con muchas más pendientes pronunciadas en la parte izquierda, que en la derecha. Estos suelos siempre se caracterizaron por un buen drenaje y una fertilidad menor, lo que asegura una maduración adecuada de la uva.

Dentro de los suelos gallegos, las tres Denominaciones de Origen mencionadas anteriormente (Rías Baixas, Ribeiro y Valdeorras) tienen un denominador común, ser las que más abundancia de granito presentan. Por ello, esta Denominación de Origen adquiere grandes matices de esta roca.

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Los suelos graníticos tienden a ser sueltos y de textura franco-arenosa, es decir, con un porcentaje muy bajo de arcilla y gran cantidad de arena y limo. Esto produce una permeabilidad suficiente para la obtención de una escasa retención de agua y nutrientes.

Este tipo de suelos irradia mucho calor durante el día, mientras que por la noche se enfrían de una forma mucho más rápida. Proporcionándole a la uva la máxima cantidad de azúcares durante las horas diurnas y por otro lado, acidez durante las horas nocturnas.

Estas variables comunes son perfectas para vinos blancos, ya que preservan muy bien la acidez, a su vez que los perfila, dando lugar a vinos más florales y largos en boca, con un final salino. .

En tintos, la acidez mencionada se traslada a vinos más ligeros y frescos.

Estos suelos forman unos vinos excitantes y vibrantes. Perfil apto para personas que les gusten las fuertes emociones a la vez que sentir la viveza del suelo.

Las riberas del Miño y Sil

La Ribeira Sacra constituye un 5,2% del suelo vinícola en Galicia con una extensión aproximada de 2.500 hectáreas. Localizada en la parte sur de la provincia de Lugo y norte de Ourense, comprendida por lugares y zonas de 20 municipios situados en las riberas del Miño y del Sil. Estos dos ríos se unen formando unos tremendos y bellos cañones, con unos desniveles descomunales, pero que no impiden que crezcan los viñedos tan característicos de la zona, capaces de producir un tipo de uva con la que se elaboran esos vinos tan especiales.

En las zonas interiores gallegas, los suelos son de carácter aluvial con orígenes graníticos y pizarrosos, formando grandes desniveles en los márgenes de los ríos, que fueron modificados y erosionado durante cientos de años. El topoclima que se forma en estas áreas, que normalmente tiene un corte oceánico, le aporta un carácter más mediterráneo, siendo este más óptimo para que la uva madure adecuadamente.

Los suelos que presentan los valles del Miño y Sil tienen características muy distintas, presentando el primero un suelo típico del occidente gallego con predominio granítico muy distinto al segundo mencionado, donde se puede encontrar sobre todo abundancia de arcillas.

Los suelos de Monterrei y su complejidad

Esta Denominación de Origen proviene de la cuenca del río Duero, donde desemboca el río Támega, que atraviesa la región de norte a sur. Los municipios ourensanos pertenecientes a este territorio son Castrelo do Val, Monterrei, Oímbra, Viladevós y Verín, ocupando alrededor de 571 hectáreas de superficie.

Se muestran tres tipos de suelos: sedimentarios, muy complejos ya que la cantidad de mezcla de materiales es muy grande; pizarrosos y esquistosos: propicio para las épocas de sequía, aportando aromas en los vinos tintos; y arenosos y graníticos: provenientes de las rocas graníticas, más adecuados para vinos blancos con un índice de ph bastante bajo.

Ese cariño y trabajo, mostrado por los viticultores gallegos, propicia que cualquiera de las D.O. gallegas, contenga algo especial, que produce, que sus vinos tengan ese “algo” que los diferencie de los demás y los haga ser únicos. Sabiendo que mucho del mérito, será debido a la grandiosa variedad de suelos que proporciona Galicia.