Galicia: la provincia del oro

2024-04-16T10:46:57+02:0016/04/2024|

El oro desempeñó un papel fundamental en el Imperio Romano. Durante su apogeo, Roma controlaba vastas regiones ricas en recursos naturales, incluyendo minas auríferas. Estas se encontraban principalmente en Dacia (la región de los Balcanes), África e Hispania (la actual España), donde una gran parte de las extracciones se llevaban a cabo en la parte noroeste de la península.

Durante este periodo, Galicia fue uno de los principales proveedores de minerales como el oro, sobre todo entre el siglo I y II después de Cristo. El reino de Galicia movió cientos de toneladas de oro, que luego se convirtieron en monedas llamadas áureos.

Estas monedas se usaban como medio de intercambio comercial, lo que terminó siendo un impulso para la economía romana. Además, este metal precioso también se usaba para joyería, decoración de edificios y objetos de lujo, medallas y premios militares. Se valoraba el oro como sinónimo de riqueza y alto prestigio. Los romanos aprovecharon al máximo los recursos de minerales en Galicia y de este trabajo aún quedan huellas en varios ayuntamientos gallegos.

Las minas en el Imperio Romano

Las minas que se desarrollaban en esta época eran explotadas por esclavos y trabajadores libres bajo la supervisión del Estado Romano. El primer grupo formaba parte importante de la fuerza laboral de las minas, con condiciones de trabajo duras, peligrosas y sin control de seguridad. El siguiente grupo, eran personas que decidían voluntariamente trabajar en las minas, generalmente no contaban con los recursos económicos suficientes, y se dedicaban a la extracción y al procesamiento del oro en su mayoría.

Es importante mencionar que el trabajo que se llevaba a cabo en las minas era muy peligroso y extenuante. Las condiciones laborales con las que se trabajaba no eran las ideales, había falta de ventilación, derrumbes, entre otros. Sin embargo, la esperanza por encontrar riqueza y mejorar su estado económico motivaba a los trabajadores a seguir trabajando en esas condiciones.

De esta actividad han sobrevivido a lo largo de los siglos huellas en muchos municipios de Galicia: en el paisaje, en sus senderos y los caminos alrededor de los ríos; es ahí donde podemos seguir las pistas de nuestros antepasados mineros.

No podemos hablar de minas de oro gallegas sin hacer mención a la mina de Montefurado, en el municipio lucense de Quiroga; en esta zona Trajano fue agujereando el Monte para que el agua pudiera tener otro recorrido y así poder recoger el oro que quedaba depositado.

Según explican en el Instituto Geológico y Minero de España (IGME), en Montefurado se encuentran dos depósitos de oro. Uno de ellos llevó a la construcción de un túnel, mientras que el otro se encuentra muy cerca de la aldea que comparte el mismo nombre. En este segundo depósito, se perforó la técnica conocida como «ruina montium» o «arrugia», que también se puede observar en las Médulas y en la Mina da Toca, en la cercana Serra do Courel. Este método consiste en perforar el terreno con galerías horizontales y verticales, y luego provocar una inundación intensa con agua captada desde el río arriba. Debido a la presión generada, el terreno se colapsaba, lo que facilitaba la separación y refinación de los escombros para encontrar el oro de manera más eficiente.

Los últimos descubrimientos de minas de oro en Galicia

La mina de A Espiñeira

Esta mina se encuentra en Foz y Barreiros, pertenecientes a la provincia de Lugo, esta fue encontrada en 2013 y desde ese momento se han tomado medidas para preservarla.

La explotación, que data de la época romana cuenta con 150 hectáreas, lo que la convierte en una de las más grandes de la provincia e incluso fue nombrada bien patrimonial por la Xunta en el año siguiente.

La mina de Tabagón

En el municipio de O Rosal, en la comarca pontevedresa del Baixo Miño, encontramos esta mina que cuenta con varias galerías de 25 a 30 metros de profundidad, e incluso debido al paso del tiempo, es complicado saber con exactitud la profundidad de la mina. Se trata de la mayor explotación subterránea estudiada en Galicia y  uno de los descubrimientos recientes más importante de la comunidad y todo comenzó a raíz de la limpieza de bosques de Tabagón.

Las minas de Oza-Cesuras

El hallazgo más reciente en relación a las minas auríferas de Galicia se sitúa en la provincia de A Coruña, concretamente en el municipio de Oza-Cesuras. Se trata de dos minas a cielo abierto y una galería, descubiertas por los propios vecinos.

“Estudiando las pistas que hay sobre el terreno y las leyendas”. Así es como Bruno, fundador de las Brigadas da Paisaxe, y sus vecinos comenzaron a estudiar la existencia de estos yacimientos, ya que los mitos apuntan a que en estas grutas se escondían los maquis.

Tras el hallazgo y con la ayuda de un arqueólogo se ha descubierto que, en A Coruña, en el siglo XII, se extraía el oro asociado a las vetas de cuarzo y cuarcita.

El oro ha tenido una importancia significativa en la comunidad de Galicia a lo largo de la historia. Sus ricos yacimientos han atraído la atención de diferentes civilizaciones a lo largo de los siglos. Dentro sus fronteras, en la actualidad, hay catalogadas unas ochocientas minas romanas, aunque la mayoría de ellas aún se encuentran sin investigar o en proceso de investigación.