Los primeros homínidos de Galicia ya eran mineros

2019-09-17T18:30:21+02:0017/09/2019|

Una de las pocas cosas que hacen del hombre un ser único en el reino animal es su capacidad para construir herramientas. ¿Y el origen de estos utensilios? Sin duda, la minería primitiva. Las primeras huellas mineras son del Paleolítico y desde entonces, la minería ha seguido desarrollándose de manera continua hasta nuestros días.

En 2018, científicos del Centro Nacional de Investigación sobre la Evolución Humana (Cenieh), pudieron datar con fidelidad el primer asentamiento humano en Galicia. Con restos de hace aproximadamente 300.000 años, el yacimiento de Porto Maior en As Neves (Pontevedra) se sitúa como el primer rastro de sociedad en la comunidad gallega. Pero, ¿cómo se pudo llegar a esta conclusión? Muy sencillo: analizando los utensilios de sílex empleados por los habitantes de esta terraza del río Miño.

 

Los inicios de la minería en Galicia

Se ha podido demostrar que nuestros antepasados rompían los minerales, extrayendo lascas de roca con el fin de producir un filo cortante y puntiagudo. Una vez conseguidas las lascas, las unían a palos de madera para crear hachas, lanzas o flechas. Además, se han encontrado indicios de que estas herramientas se usaban para despiezar animales y para limpiarles la piel.

A medida que la tecnología de fabricación de utensilios avanzaba, la exigencia de materias primas minerales de mejor calidad aumentaba, un factor de determinaba la localización de talleres de elaboración de instrumentos que posteriormente viajaban hacia otros lugares. Porque lo cierto es que una vez que los homínidos comenzaron a fabricar útiles, estos eran transportados con ellos en sus viajes. Asimismo, comenzaron a buscar los mejores fragmentos de rocas y minerales para fabricar dichos instrumentos lejos de sus asentamientos.

De esta forma, estos primeros humanos comenzaron a realizar investigaciones y prospecciones mineras básicas para encontrar los minerales más apropiados. Uno de ellos era el sílex, un mineral muy duro y fácil de romper en lascas. Tal era el interés por núcleos de sílex de buena calidad, que pronto se agotaron las reservas superficiales, por lo que se comenzó a buscar este mineral en el interior de las rocas que lo contenían. Los pozos para su extracción se abrían utilizando herramientas hechas con el mismo sílex y excavaban la caliza que lo contenía golpeándola con pesadas mazas unidas a astas de ciervo. Se calcula que estas primeras minas, de hace 5.000 años, pudieron producir alrededor de 150 millones de útiles. Se cree, además, que el sílex jugó un papel fundamental en el descubrimiento del fuego, ya que, al golpearlo con materiales duros, como piedras, creaba chispas que podían prender materiales orgánicos.

El paso de las piedras a los metales

La evolución de la humanidad consiguió que, hacia el 8.000 a.C., se procediera a cambiar las herramientas hechas de piedra por aquellas hechas de metal. Los metales también debían ser extraídos de la tierra por medio de trincheras y el uso combinado de fuego, agua y mazas de piedra. Este proceso supuso el inicio de las primeras labores de minería compleja.

Arqueólogos e investigadores están de acuerdo en que el cobre fue el primer metal trabajado por el hombre debido a lo fácil que resultaba hacerlo. En esta época surgen, también, las primeras aleaciones entre metales, sobre todo de manera espontánea.

Los primeros metales extraídos en Galicia de los que se tiene conocimiento son cobre y estaño extraídos, sobre todo, de la zona del Barbanza. Un claro ejemplo está en la mina de San Finx, en Lousame (A Coruña). El inicio de la Edad de los Metales propició la aparición de minas por toda la geografía gallega con el fin de obtener metales como hierro, cobre, estaño, plata y oro.

Tan importante como la minería fueron los hornos de fundición que se usaban para fundir el metal para posteriormente crear aleaciones. La más importante es la resultante de la aleación de cobre y estaño: el bronce.

Al mismo tiempo que los metales, el ser humano empezó a emplear arcilla para crear recipientes de cerámica en los que almacenar líquidos y productos a granel sólidos. En Galicia hay importantes restos cerámicos de la cultura castrexa, de la Edad del Hierro. De la misma época son los monumentos megalíticos de Galicia, como los dólmenes edificados con grandes piezas de granito.

La minería durante el Imperio Romano

Sin embargo, no es hasta la llegada del Imperio Romano cuando aparece una tecnología extractiva más evolucionada. El dominio de la ingeniería civil y minera de la época propició una mecanización elemental en la extracción de minerales. Así, consiguieron dotar a la minería de nuevos procedimientos que la elevaron a una escala notablemente mayor que la primitiva. La técnica romana ruina montium, con la que se conseguía la fractura de montañas mediante técnicas hidráulicas, tiene claros ejemplos en Las Médulas, en la vecina comarca de El Bierzo (León) y en Montefurado, en Quiroga (Ourense).

La minería romana consiguió explotar minas a una mayor profundidad que sus predecesores. Durante el Neolítico se habían alcanzado profundidades de hasta 15 metros, mientras que los romanos consiguieron llegar hasta los 100 metros de profundidad gracias a los avances técnicos que habían introducido en la minería. El aumento de la especialización durante la época romana marca el nacimiento de la ingeniería de minas gracias a la transmisión de las nuevas técnicas de trabajo. Por desgracia, el sector minero de Galicia en la época romana no albergó explotaciones suficientemente relevantes que se pudieran haber conservado inalterables hasta la actualidad.

Todas las evidencias apuntan a que las labores mineras romanas se realizaron a partir de unos conocimientos geológicos adquiridos y que aumentaron con la puesta en marcha de nuevas explotaciones.

Desde los inicios de la civilización, las personas han usado piedras, cerámicas y, más tarde, metales tomados de la superficie terrestre para fabricar herramientas y armas. El proceso evolutivo del ser humano ha estado vinculado a estos productos obtenidos a través de la minería desde tiempos prehistóricos. Primero la piedra y luego el metal, fueron elementos clave en este proceso. La búsqueda permanente del bienestar fue el inicio de procesos mineros que han evolucionado hasta lo que conocemos hoy como minería moderna.