A simple vista, el valle de As Encrobas, en el ayuntamiento coruñés de Cerceda, parece una inmensa reserva natural. Un gran lago, que ocupa la mayor parte de la superficie, está rodeado de una vasta masa de vegetación, lo que hace de él un espacio de importante biodiversidad. Pero el lago de Meirama esconde un secreto: su interior alberga una antigua mina de lignito pardo, mineral usado en la vecina central térmica de Meirama durante 27 años. De gran explotación de carbón, la mina se ha convertido en una de las mayores actuaciones medioambientales en España durante los últimos años.
La explotación minera fue, durante mucho tiempo, una actividad que contribuyó directamente a la riqueza de Cerceda, de sus habitantes y de las localidades limítrofes. Pero cuando el lignito se terminó y se comenzó a importar carbón para el funcionamiento de la central térmica, la pregunta que muchas personas se hacían era: ¿y ahora qué? Y es que la antigua mina había dejado un hueco de 300 metros de profundidad y de más de dos kilómetros de longitud y uno de anchura que podría parecer inutilizable para muchos. Pero no fue así, y en el año 2008 se procedió a su transformación.
La segunda vida de una mina sostenible
La operación de la mina corrió a cargo de Naturgy (primero como Fenosa y tras sucesivos movimientos corporativos como Unión Fenosa y Gas Natural Fenosa). Como propietaria de la central térmica de Meirama y de los terrenos donde se encuentra la antigua mina de lignito, procedió a realizar trabajos de restauración para cumplir la exigencia legal de rehabilitar la zona. La compañía energética desarrolló en este enclave un proyecto de restauración de más de 1.000 hectáreas que incluye la creación de un lago artificial de 150 hm3. Por ello, se realizó un proceso similar al que Endesa había llevado a cabo con anterioridad con la mina de lignito de As Pontes, pero con una diferencia: se puso especial atención a la calidad del agua del lago.
Durante el llenado de la antigua mina, un equipo de científicos de la Universidade da Coruña procedió al estudio detallado de la composición química del agua y determinó que podía abastecer a los 400.000 hogares del área metropolitana de A Coruña sin necesidad de una depuración previa. Este procedimiento ha convertido al lago de Meirama en una de las principales reservas hídricas de Galicia. El lago artificial de Meirama se encuentra en una posición estratégica, a poco más de 30 kilómetros de la ciudad de A Coruña, lo que propició que, ya en el año 2013, Augas de Galicia lo autorizara como reservorio de agua, asegurando, de este modo, el abastecimiento de A Coruña y sus alrededores.
La biodiversidad en Meirama
La rehabilitación del lago de Meirama ha propiciado la regeneración y desarrollo de un espacio en el que la biodiversidad es un factor importantísimo. En 2017, un estudio de la Universidade de Santiago de Compostela, financiado por Naturgy, identificó 862 especies, frente a las 839 que ya se habían identificado en el 2015. El catálogo de especies es extenso: desde aves acuáticas y rapaces, hasta conejos, jabalíes, liebres o zorros, como en cualquier otro monte de Galicia. Además, el hecho de estar a salvo de la caza también ha ayudado a preservar y multiplicar la biodiversidad de la zona. Por otro lado, la conexión fluvial que el lago de Meirama tiene con el río Barcés ha propiciado que la población de peces vaya también en aumento.
El proyecto de rehabilitación diseñado por Naturgy aseguraba plantar 450.000 árboles para rehabilitar el entorno de la mina. De esta forma, las antiguas escombreras que componían el paisaje estéril de la mina se han convertido en un espacio vegetal natural. Entre las especies plantadas podemos encontrar castaños, pinos, robles o abedules. La conservación de este espacio lo han convertido, además, en un lugar idóneo para el estudio de todas las especies naturales y contribuyen al mismo tiempo al desarrollo cultural y patrimonial de la zona de Cerceda. Lo que antes era una mina, ahora se ha convertido en un auténtico pulmón para la zona.
Ocio, economía y turismo
La restauración del Lago de Meirama, además de suponer una gran fuente de recursos naturales, permitirá convertir al ayuntamiento de Cerceda en un punto de gran potencial turístico y de ocio
En el 2021 el proyecto de rehabilitación ambiental de la antigua mina de lignito en Cerceda (A Coruña) se ha culminado con la transferencia, por parte de Naturgy, del Lago de Meriama al dominio público hidráulico, tras la aprobación y comprobación por parte de Aguas de Galicia del deslinde en todos los márgenes.
Desde que se comenzó el llenado del lago, ya se hablaba de proyectos relacionados, sobre todo, con actividades deportivas como el piragüismo. En su momento, ya se proyectó un plan para adecuar parte del lago para pruebas náuticas. De momento, aún en fase de proyecto, ya que queda habilitar el área para las competiciones mediante la construcción de naves, casetas, vestuarios, y, sobre todo, accesos.
Lo que sí está terminado es la playa del lago, un espacio de 400 metros de longitud en el extremo rodeado por una frondosa masa de árboles con espacio para la construcción de embarcaderos. Funciona de un modo similar a la playa del lago de As Pontes, como un espacio de ocio para todas las edades que atraigan mejoras económicas a la zona, sobre todo por medio del turismo.
La restauración de la antigua mina de carbón en el lago artificial de Meirama es un proyecto medioambiental de gran envergadura a nivel europeo y una demostración clara de que los proyectos de minería sostenible son beneficiosos también después de su uso puramente minero.
Conoce en profundidad el proyecto de restauración de la mina de Meirama en la web de Naturgy.