Minería urbana: metales en los residuos electrónicos

2023-12-01T14:11:51+01:0001/12/2023|

El mundo produce cada vez más desechos eléctricos y electrónicos. La cantidad de ordenadores, teléfonos móviles, pantallas, televisores y electrodomésticos desechados se duplicó entre 2009 y 2014, llegando a 42 millones de toneladas por año en todo el planeta. Los países desarrollados, especialmente en América del Norte y Europa, junto con China, producen la mayor cantidad. 

Estos residuos generalmente terminan en vertederos, pero pocas veces en el lugar adecuado. Gran parte de este volumen de materiales en desuso termina en países en donde la regulación para su tratamiento (ambiental, laboral y social) es inexistente. El proceso de esta basura tecnológica libera materiales tóxicos, químicos orgánicos volátiles y metales pesados, que pueden dañar el medioambiente y la salud humana. 

La mayoría de los países desarrollados (UE, EE.UU. Canadá y otros) tienen regulaciones estrictas que rigen la eliminación de desechos electrónicos y eléctricos de una manera respetuosa con el medioambiente. Estas naciones ricas, con una legislación estricta, envían la mayor parte de sus desechos electrónicos a los países en desarrollo.  

El Convenio de Basilea de las Naciones Unidas, que se refiere al movimiento de desechos peligrosos a través de las fronteras, tiene como objetivo evitar que los países desarrollados exporten sin control los desechos peligrosos a los países en desarrollo. Sin embargo, pocos países receptores controlan las importaciones de desechos electrónicos tóxicos. Por ejemplo, la ley de la India no las prohíbe y en China, las barreras de entrada son casi inexistentes. Por si esto fuera poco, EE.UU no ha firmado este protocolo internacional, por lo que su basura electrónica se exporta sin limitaciones de ningún tipo. 

Además, el comercio de basura como ‘electrónica usada’, es decir, susceptible de ser reacondicionada y reutilizada, elude por completo el Convenio de Basilea. Actualmente se tratan como ‘electrónica usada’ productos que no lo son como monitores de tubo, ordenadores de más de siete años, teléfonos móviles de primera generación… Puros desechos sin viabilidad técnica o económica para que vuelvan a ser operativos. 

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¿Qué es la minería urbana? 

Pero ¿es posible reciclar estos materiales electrónicos para su uso posterior como materia prima? La respuesta es sí, mediante el proceso que se denomina minería urbana.  

La actividad de la minería urbana tiene como objetivo extraer los desechos de los vertederos y recuperar materiales valiosos para su reciclaje y reutilización. La técnica de recuperación de materias primas de los productos de desecho se conoce como minería urbana. A nivel conceptual, se considera que los residuos generados por las ciudades y los entornos urbanos son un recurso valioso. Por ello se intenta poner en valor los residuos urbanos en lugar de buscar y explotar reservas geológicas de rocas y minerales para satisfacer las demandas de la sociedad. 

Sin embargo, existen muchas limitaciones para que el suministro de materias primas minerales a través de la minería urbana sea relevante para satisfacer las necesidades de la población mundial. 

Por un lado, la falta de un sistema global sobre el comercio de desechos electrónicos bajo la Convención de Basilea que incluya los denominados ‘productos de segunda mano’.  

En segundo lugar, la responsabilidad de los consumidores con sus productos electrónicos obsoletos debe estar reflejada en las regulaciones de cada país. Se deben proporcionar contenedores de desechos electrónicos separados, con sanciones para quienes no los usen. Se podría exigir un depósito de dinero al comprar artículos eléctricos que se puede recuperar cuando se envía el desecho a recolectores certificados. 

Para ello, antes es necesario fortalecer y hacer cumplir las reglamentaciones nacionales: aquellos que operen ilegalmente deben ser multados. Los países desarrollados deben tomar medidas firmes contra los productos obsoletos que se comercializan como usados. Los países en desarrollo deben prohibir las importaciones de desechos electrónicos tóxicos. Deben aumentarse los aranceles aduaneros sobre los desechos electrónicos. 

Además, los fabricantes de electrónica de consumo deberían implicarse de forma colectiva, en forma de asociación mundial, para certificar que sus productos se reciclan y procesan como desechos de acuerdo a criterios legales, técnicos y ambientales. El mismo organismo de la industria debería lanzar un sistema de vigilancia global para el ciclo de vida de cada producto electrónico. 

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Minería urbana: los retos tecnológicos 

Debido a la falta de legislación y consenso político internacional, a día de hoy, es más eficiente, desde el punto de vista económico, abandonar la electrónica en vertederos para su posterior exportación al Tercer Mundo. 

La tecnología de procesamiento y reciclaje de los países receptores de basura es arcaica, empleado mano de obra infantil, trabajadores sin la adecuada protección de seguridad y salud laboral, contaminando el medioambiente y consiguiendo una tasa de recuperación de materias primas muy baja.   

Sin embargo, el panorama global está cambiando de manera rápida, ya que la creciente demanda de materias primas minerales está elevando los precios de mercado, por lo que el sector de la minería urbana tiene perspectivas de crecimiento notables hasta 2027. En los próximos años se espera que el sector de la electrónica de consumo crezca significativamente debido al rápido desarrollo industrial y al aumento de la población global. Por lo tanto, también se prevé que crezca la demanda de minería urbana para el segmento de desechos electrónicos. Los gobiernos y los fabricantes de tecnología están promoviendo el reciclaje de desechos electrónicos para reducir la huella de carbono y promover el desarrollo sostenible. 

Por ello, las inversiones en investigación y desarrollo, el avance tecnológico y los desafíos ambientales y económicos impulsan la demanda de procesos y servicios de minería urbana innovadores y sostenibles en los países desarrollados. 

Minería urbana, tarea de mineros 

La minería urbana es una tarea compleja, que precisa de tecnología y de inversión para su desarrollo. Por ello, es el sector minero el que está mejor preparado para la recuperación de las materias primas de la basura tecnológica. 

El proceso minero incluye dentro de sus fases, una de aprovechamiento o beneficiado. Se trata de un conjunto de procesos por el cual o cuales se separan la mena (los materiales objetivo, como metales) y la ganga (parte no aprovechable).  

Esta fase incluye procesos físicos como lavado, trituración, molienda, homogenización, clasificación y concentración. En el caso de los metales, hay un proceso posterior de transformación conocido como metalurgia para conseguir un producto adecuado para los procesos industriales. 

Todas estas tareas son el campo de actividad de las empresas y profesionales de la minería. Se emplean máquinas, equipos humanos y tecnologías desarrolladas por la industria minera y minero metalúrgica. De hecho, a nivel mundial son las grandes empresas mineras como Glencore, BHP, Anglo American, Rio Tinto o Boliden las que están liderando los procesos de minería urbana con divisiones especializadas o con spin offs. 

La creciente demanda de materias primas minerales no puede ser satisfecha por la minería urbana, pero sí que es imprescindible abordar este asunto desde una doble perspectiva: medioambiental y económica.  

Es el momento de que los consumidores, investigadores, fabricantes, naciones y reguladores internacionales dirijan su atención hacia el reciclaje responsable de los productos eléctricos y electrónicos en desuso.