La pizarra de Galicia es reconocida internacionalmente como un producto de gran calidad, tanto por su valor estético como por sus prestaciones. España se sitúa como el primer país productor de pizarra a nivel mundial para cubiertas.
Este material puede ofrecernos unas propiedades difíciles de superar, como son la escasa absorción de agua, elevada densidad o gran resistencia a la flexión, siendo estos, parámetros básicos a la hora de definir la calidad de las piedras naturales. A pesar de esto, la difusión que tiene en otras aplicaciones constructivas, como son los pavimentos, fachadas, aplacados, es bastante reducida. Para tratar de fomentar el uso del producto en estas aplicaciones, la Fundación Centro Tecnológico de la Pizarra (FCTP) trabaja desde hace años en proyectos de investigación para el desarrollo en sistemas constructivos alternativos a las cubiertas. En 2018 y 2019 elaboró dos volúmenes del estudio Caracterización tecnológica de las pizarras galegas como material de construcción, para otras aplicaciones complementarias a las cubiertas.
En su origen, la pizarra labrada de manera artesanal simplemente se utilizaba para cubrir tejados de viviendas y recubrir estructuras. Era un elemento muy utilizado en las escuelas, para tableros de escritura sobre los que utilizar lápices o tizas hechas de piedra caliza. Con el paso del tiempo, el trabajo de elaboración de losas se ha tecnificado e industrializado, permitiendo su uso en cubiertas de todo tipo.
Con ello, el sector pizarrero ha descubierto la necesidad de encontrar nuevos mercados. Para ello ha desarrollado proyectos para la caracterización de la pizarra natural en un mercado complementario al tradicional como material de cubierta, como son los pavimentos, los revestimientos de fachada, mamposterías, bordillos, mobiliario urbano, revestimientos de piscinas etc.
La pizarra, un elemento constructivo incomparable
La FCTP trabaja con cuatro de los tipos de pizarra gallega: negra, gris, verde y manchada. En el caso de la verde, los ensayos han permitido dar forma a pavimentos de seis o siete milímetros de espesor, que no son habituales en piedra; y se ha logrado mallándolos y resinándolos por detrás, lo que permite que pase a doblar la resistencia respecto a otras pizarras sin mallar y de hasta tres centímetros de espesor.
Al reducir el espesor de la piedra natural a emplear, se aligera el peso de la estructura por metro cuadrado. La FCTP ha aplicado estas investigaciones a un proyecto para renovar más de 300 baños en un crucero, en el que los requisitos en cuanto al peso del pavimento son mucho más estrictos que en la construcción tradicional. En un suelo de piedra natural, el pavimento pesa más de 30 kilos por metro cuadrado; mientras que en el buque el límite estaba en 14. Además, el estudio ha permitido incorporar dibujos y diseños en las losas, así como realizar estructuras flotantes.
La FCTP ha trabajado en definir los parámetros técnicos de aplicaciones constructivas de la pizarra en:
- Pavimentos dimensionados en exterior e interior, y suelos rústicos.
- Aplacados dimensionados de fachadas en exterior e interior y rústicos
- Pavimentos y bordillos con adoquines de pizarra.
- Mobiliario urbano y decoración en exteriores (bancos, mesas, asientos, etc), mamposterías (estructurales o no) y arte funerario.
- Mobiliario de interiores (encimeras de cocina, baño, lavabos, platos de ducha).
- Revestimientos y pavimentos de piscinas.
- Losetas bicompuestas de pizarra y otros materiales (aluminio, resinas…)
Otras aplicaciones no constructivas de la pizarra se dan en elementos de decoración, menaje de hogar, equipamiento hostelero y artesanía.