Suponemos que algo tan básico como qué es el acero no es necesario explicarlo, pero por si queda algún rezagado, vamos a ello. El acero es una aleación de hierro con una cantidad de carbono que puede ser variable. Estos dos componentes principales se encuentran en abundancia en la naturaleza. Además, se puede reciclar indefinidamente sin perder sus atributos, lo que favorece su producción a gran escala. Esta variedad y disponibilidad lo hace apto para numerosos usos.
Puede que esta información sea algo que ya tenías en mente, pero ¿a que no sabías que prácticamente, casi todos los utensilios que usamos a diario están hechos de acero? Desde los rodillos que se utilizan para producir el papel que utilizamos o las máquinas rotativas que producen los periódicos y revistas que leemos, pasando por los cubiertos de acero inoxidable que usamos a diario, los refuerzos de las vigas de hormigón armado, hasta una gran parte de los aerogeneradores que nos permiten producir electricidad sin generar CO2.
La producción mundial de acero se incrementó un 4,6% en 2018 respecto al año anterior, hasta alcanzar un volumen de 1.808,6 millones de toneladas. En cuanto a los países productores, China continúa consumiendo cerca de la mitad del acero del mundo. Durante los primeros tres meses de 2019, los principales países de origen de las importaciones de acero en el mercado de la Unión Europea fueron Turquía, Rusia, Corea del Sur, China y Ucrania. Estos cinco países representaron el 67% del total de las importaciones de acero acabado en la Unión Europea.
En cuanto a España, exporta su producción de acero a 157 países. La industria siderúrgica española es la base de la cadena de valor metalmecánica, donde el acero es un componente fundamental para automóviles, maquinaria e infraestructuras.
El hierro, el metal más usado
Pero el acero no se puede entender sin sus dos mejores amigos. Para empezar, el hierro representa un 95% de la producción mundial metálica. De hecho, se puede usar en la obtención de aceros estructurales, hierro fundido y hierro forjado, además de en la formación de productos siderúrgicos. Y además, se usa para la construcción, fierros, instrumentos de cocina, automóviles y aparatos eléctricos, entre otros elementos de uso diario.
El mineral de hierro se extrae aproximadamente en 40 países, siendo los principales cinco productores: Australia, Brasil, India, China y Rusia, en los cuales en el año 2019 se originó aproximadamente el 80% de la producción mundial.
El imprescindible carbón metalúrgico
Y, pegado siempre al acero, encontramos el carbón, que no es una materia prima estandarizada; existen dos tipos de carbón en el mundo: carbón térmico y carbón metalúrgico. El carbón metalúrgico es el que efectivamente se destina a la producción de acero, por lo cual requiere propiedades específicas como la plasticidad y el índice de hinchamiento. Su uso principal es como reductor químico en la industria metalúrgica.
Producto de su dependencia con la industria del acero, e igual que el mineral de hierro, la demanda de carbón metalúrgico está firmemente ligada a los mercados asiáticos. China, principal consumidor a nivel global, representó un 67% de la demanda en 2017, consumiendo un total de 764 millones de toneladas. Como resultado de este predominio, Asia controla ampliamente el consumo de carbón metalúrgico con un 82% de la demanda total en 2017.
¿Y todo esto se puede reciclar?
Seguro que, después de estos datos, te estarás preguntando cuánto daño recibe el planeta con la producción de acero. Pues, tenemos que resaltar que, actualmente, el acero es un producto que destaca por su economía verde, ya que se reciclan alrededor de 11 millones de toneladas cada año para poder aprovechar el 80% de los residuos y subproductos que se generan en el proceso de producción. El acero se fabrica respetando el entorno y puede contribuir a la protección ambiental a través de sus variadas aplicaciones.
Con el objetivo de dar respuesta a los retos de una sociedad más compleja y exigente, en el último siglo han surgido más de 3.000 nuevos tipos de acero, que destacan por sus características de alta resistencia utilizados en motores y aerogeneradores o los aceros de material quirúrgico de alta precisión.
A través del proceso de reciclado y valorización, el acero contribuye a un empleo sostenible de los recursos. Su ciclo de vida es ilimitado, pues puede ser reciclado innumerables veces, sin perder calidad.
Absolutamente todos los productos de acero pueden ser reciclados: el acero de un automóvil, por ejemplo, puede ser empleado para fabricar una lavadora, una bicicleta o una lata. Por cada tonelada de acero e hierro desguazado se evita la extracción de 1,5 toneladas de mineral de hierro. También los subproductos derivados de la fabricación del acero son completamente reciclados, por ejemplo, materias primas, materiales de construcción y productos químicos utilizados son reintroducidos en el ciclo de vida de los materiales. Los materiales ferrosos son usados por ejemplo en la industria cementera y la construcción de calles, el óxido de hierro es utilizado en la industria de los barnices y como material magnetizable para los discos duros.
Además, el reciclaje intensivo de acero, no solo ayuda al ahorro notable de recursos energéticos, también reduce las emisiones de co2 de modo significativo.
En el caso de España, recientemente la industria siderúrgica ha firmado una declaración sectorial con la cual se compromete a producir acero con cero emisiones netas en 2050. El presidente de la Asociación de las Empresas Productoras de Acero y de Productos de Primera Transformación del Acero de España (UNESID), Bernardo Velázquez, ha sido el encargado de presentar el proyecto “Acero español climáticamente neutro, AECN 2050”.
Para el cumplimiento del objetivo de neutralidad climática, las empresas siderúrgicas de nuestro país se encuentran en una posición de ventaja, puesto que en 2018 el 66% de la producción de acero español se realizó en hornos eléctricos. Asimismo, la siderurgia es la campeona española del reciclaje con 10,2 millones de toneladas de acero recicladas, lo que supone más del 71% de la producción total nacional de acero.
