Tu smartphone viene de una mina

2019-08-29T11:08:12+02:0029/08/2019|

¿Alguna vez te has parado a pensar de dónde viene tu smartphone? Cuando te hacen esa pregunta, lo primero que se te vendrá a la cabeza es la tienda donde lo has comprado, esa persona que te lo ha vendido en una página de segunda mano o incluso ese regalo que te han hecho por tu último cumpleaños.

Pero la realidad es mucho más compleja. La mayor parte de los componentes que forman los teléfonos inteligentes se crean gracias a una amplia variedad de elementos químicos obtenidos por medio de la minería. Así, gracias a una sinfonía de electrónica y química, se consigue que los teléfonos inteligentes sean completamente funcionales y nos puedan conectar con el mundo.

Cuando se empezaron a comercializar los primeros teléfonos “portátiles”, aquellas enormes máquinas del tamaño de cajas de zapatos, ya se podían encontrar unos 25 o 30 elementos químicos en ellos. En la actualidad, los smartphones están hechos con aproximadamente 75 elementos, casi tres cuartas partes del total de elementos de la tabla periódica. Y de esos 75 elementos, 62 son metales.

Aluminio, silicio, litio, carbono o níquel son algunos de los metales presentes dentro de nuestros teléfonos inteligentes. Pero, ¿qué tienen en común todos estos metales? Todos ellos son elementos que se encuentran en los distintos minerales que se extraen de las minas.

Casi toda la tabla periódica, en tu bolsillo

Algunos de los minerales usados en los smartphones son el silicio, usado en los circuitos de los procesadores y obtenido por medio del cuarzo, mineral abundante en Galicia, o el grafito, usado en el interior de las baterías. También se pueden encontrar compuestos menos conocidos como la bastnasita, la monacita y la xenotima. Estos compuestos tienen en común el neodimio, uno de esos elementos raros usados en los imanes con los que funcionan los altavoces, micrófonos o el sistema de vibración.

Otros de los minerales usados en un smartphone es la bauxita, una roca que contiene galio y que se utiliza para la retro-iluminación de la pantalla; la esfalerita, fuente del indio usado en la capa conductiva de electricidad de la pantalla; y la arsenopirita, fuente de arsénico, el cual es usado en la radiofrecuencia del smartphone así como los amplificadores de la batería en forma de arseniuro de galio. Incluso un elemento tan común como el cobre, un gran conductor de calor y electricidad, viene de minerales como la calcopirita y la bornita.

En el interior de los smartphones podemos encontrar todavía más elementos que hacen que estos dispositivos puedan usar correctamente todas sus prestaciones.

La pantalla de nuestro smartphone está formada, a simple vista, por cristal. Pero la pantalla de un smartphone es más que un pedazo de cristal resistente. Se trata de una pantalla que responde al tacto y compuesta por una serie de metales que le aportan las distintas características que posee:

  • El cristal exterior está formado por silicato de aluminio, una mezcla de óxido de aluminio y óxido de silicio. Esta mezcla es sumergida en una disolución de sal que permite que los iones de sodio sean reemplazados por iones de potasio. Este proceso crea una capa compresiva sobre el cristal que incrementa la fuerza y resistencia a daños de la pantalla de nuestro smartphone.
  • La pantalla también funciona como conductor eléctrico, algo muy importante al funcionar como pantalla táctil. Para ello se crea una capa fina y conductiva de óxidos de indio y estaño que, depositada sobre el cristal, permite que la conducción de electricidad para la pantalla táctil del smartphone.
  • Muchos de los colores vivos que podemos ver en nuestras pantallas, como rojos, azules y verdes, se producen debido a los metales de “tierras raras”. Estos elementos están muy presentes en la tierra, pero son muy difíciles y costosos de extraer.

El alma energética es la batería. La mayoría de los teléfonos inteligentes usan baterías de litio. Este elemento permite un importante almacenamiento de energía para suministrar tanto al procesador como a la pantalla táctil. Este tipo de baterías tienden a usar óxido de litio y cobalto como el electrodo positivo en la batería, mientras que el electrodo negativo está formado por carbón en forma de grafito. La batería en sí misma está encapsulada en una carcasa de aluminio.

Metales imprescindibles en electrónica

Pero no podemos olvidarnos de lo que se encuentra dentro de nuestro smartphone. Un amplio rango de elementos se usan en la parte electrónica de un teléfono inteligente.

  • El chip, que es lo que procesa la información del smartphone, está formado por silicio puro, el cual es posteriormente expuesto a oxígeno y calor para producir una capa de dióxido de silicio en su superficie.
  • La microelectrónica y el cableado interior están compuestos principalmente por cobre, oro y plata. El tantalio se usa como principal elemento de los capacitadores y en los condensadores que regulan la temperatura del smartphone.
  • Para unir los distintos componentes del smartphone se usa una soldadura. Anteriormente, esta soldadura estaba hecha de plomo y estaño, pero en la actualidad se están usando alternativas sin plomo que tienden a usar una combinación de estaño, plata y cobre.
  • El micrófono y el altavoz contienen imanes que normalmente están compuestos por una aleación de neodimio, hierro y boro. También se encuentran presentes pequeñas cantidades de disprosio y praseodimio. Estos elementos también se encuentran en el sistema de vibración del teléfono.

No hay que olvidarse del envoltorio final de los smartphones. En la carcasa de un smartphone podemos encontrar elementos como el magnesio, el carbono, el níquel o el bromo.

  • Dependiendo de si el exterior es de plástico o de metal, o una combinación de ambos, se utilizará una combinación diferente de elementos. Las carcasas de metal suelen estar formadas por aleaciones de magnesio, mientras que las de plástico tendrán una base de carbón.
  • El níquel se usa para evitar interferencias electromagnéticas mientras se usa el smartphone.
  • También podemos encontrar elementos ignífugos compuestos normalmente por bromo, que hace que el smartphone sea resistente al calor.

Lo cierto es que, viendo el diseño final de un smartphone, es fácil olvidarnos de que está compuesto. El camino de la mina al teléfono inteligente es uno de los aspectos menos conocidos de una tecnología que se ha vuelto imprescindible en nuestro día a día. Porque antes de ser smartphones, fueron una gran cantidad de rocas, metales y elementos químicos. Todos ellos tuvieron que pasar desde una mina a distintas fases de transformación para ser adecuados para la construcción de un smartphone.

Y es la posterior simbiosis entre todos estos elementos y la tecnología lo que permite que los teléfonos inteligentes tengan infinitas capacidades. Al final, el hecho de poder producir un smartphone es tan sorprendente como todo lo que podemos hacer con él. Y no te quepa duda de que tu smartphone viene de una mina.