La minería es un sector predominantemente masculino. A pesar de que la presencia de mujeres en esta industria evoluciona en positivo, y su presencia es bastante mayor que en sectores afines como la construcción o el forestal, las cifras evidencian que todavía queda un largo camino por recorrer. Sobre todo, de cara a la actual revolución tecnológica que está sucediendo y que sitúa la producción de energía renovable y las materias primas que la hacen posible como eje transversal.
Es el momento ideal para que las cosas cambien. La minería es un sector clave de la economía mundial, por lo que es necesario seguir incorporando personal para todo tipo de puestos. Se presenta una gran oportunidad para lograr de una vez por todas la igualdad en esta industria, y para conseguirlo hay que derribar mitos y poner de relieve el valor que puede aportar la incorporación femenina.
La incorporación de mujeres brinda nuevas perspectivas a la minería
La actividad extractiva ha acompañado al ser humano desde el principio de la historia, donde la tradición la ha posicionado como un “asunto de hombres”. El Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico declara que, en el año 2020, de los 29.319 trabajadores totales del sector en España, solo 2.520 eran mujeres, de las cuales más de la mitad desempeñan funciones administrativas, por lo que tienen una presencia prácticamente inexistente en labores de producción y restauración.
Se evidencia la desigualdad latente y demuestra que todavía existe una sola perspectiva. La diversidad es siempre sinónimo de enriquecimiento, por lo que el sector de la minería está perdiendo la oportunidad de integrar nuevas aportaciones y de generar valor en las cadenas de producción. Para avanzar es necesario abrir horizontes y esto pasa por incluir diferentes puntos de vista a la toma de decisiones. Por eso es tan importante que las mujeres estén presentes en todos los niveles del sector minero, un espacio hasta ahora vedado, en el que también son necesarias para contribuir a la innovación y mejora de la competitividad.
La minería necesita incorporar perfiles femeninos para cumplir con los ODS de Naciones Unidas
El trabajo remunerado es vital para la independencia y libertad de las mujeres, sin embargo, sigue habiendo muchos países en el mundo en los que se les priva de tal derecho. Si sumamos esto a que existen ciertos sectores en los que tampoco se les permite adentrarse, estamos ante una situación crítica. Más concretamente, en España, en la mayoría de los centros educativos la segregación de género es cosa del pasado, pero, ¿por qué todavía hay ramas formativas vinculadas a esta condición?
Una de las causas de esta situación es la falta de referentes. Cuando no existe un ejemplo en el que poder verse reflejado, se está limitando la capacidad de las mujeres de aspirar a ciertas metas. A las niñas y adolescentes se les están cerrando puertas al no mostrarles que ellas también pueden conseguir todo lo que se propongan, sin importar el sector del que se trate.
Todo ello, sumado a la ausencia de una correcta normativa y colaboración por parte de instituciones públicas y privadas, hace que no se estén tomando las medidas adecuadas en términos de captación de talento femenino, ni de orientación laboral. Esto significa que la minería no puede avanzar en línea con los estándares que se exigen para construir un mundo mejor. Alicia Bárcena, exsecretaria ejecutiva de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe, lo resumió en una simple frase: «Sin igualdad de género el desarrollo sostenible no es desarrollo ni es sostenible”.
Hasta que no se equipare la participación de hombres y mujeres en la minería, el sector continuará anclado. Todos los avances en ciencia, tecnología e innovación que se han alcanzado en las últimas décadas han transformado por completo el sector, en lo que a la eficiencia a la protección del medioambiente y la prevención de riesgos laborales se refiere. Sin embargo, todavía está pendiente de implantar medidas efectivas que consigan terminar con la desigualdad.
Porque este problema no solo afecta a la inserción laboral, sino que también puede ocasionar una brecha salarial, de manera que, quienes consigan introducirse en la minería, terminen sufriendo situaciones de discriminación salarial.
La minería no podrá hacer frente a la demanda de las energías renovables sin mujeres
Se prevé que, en el año 2050, España podría abastecerse solamente con energía renovable. Esto se traduce en que la minería tiene que prepararse para suministrar los recursos naturales necesarios con criterios sostenibles para dar respuesta a esta transformación. Lo que a su vez implica una creciente demanda de mano de obra, en la que las mujeres tendrán cabida necesariamente. La situación demográfica actual apunta a que el futuro estará marcado por la difícil tarea de captar talento joven, dada la baja tasa de natalidad y el envejecimiento de la población europea.
Aquellos mercados en los que hasta ahora existía algún tipo de segregación tendrán que abrirse a la diversidad en todos los perfiles profesionales para poder cubrir sus vacantes, así como para avanzar y crecer acorde a los criterios del futuro.
Actualmente la minería se encuentra en un momento crucial de crecimiento y desarrollo que debemos aprovechar de cara a lograr una igualdad efectiva y real.