La minería ayuda a descubrir los fósiles gallegos

2019-05-13T20:31:27+02:0013/05/2019|

La investigación del subsuelo para el aprovechamiento de minerales ha ido relacionada directamente con la paleontología, que se empezó a tecnificar en el siglo XIX. Las primeras prospecciones mineras modernas, junto con el estudio de la geología y del suelo llegaron a Galicia hacia 1832 gracias a Guillermo Schulz, al que se le atribuyen los primeros hallazgos fósiles de Galicia. Este geólogo trazó en 1834 el primer mapa geológico a nivel europeo de España y Portugal, hecho en Galicia. La búsqueda de yacimientos minerales fue lo que propició que encontrara los primeros restos fósiles en las zonas de pizarreras en las que investigaba.

Galicia cuenta con pocos fósiles humanos y de otros vertebrados porque el medio ácido del suelo y la lluvia no ayudan a la preservación de los restos óseos, lo que convierte a los hallazgos gallegos en algo excepcional.

Algunos museos mineros de Galicia cuentan con colecciones y muestras de fósiles obtenidos del suelo en cuevas que constatan la riqueza paleontológica gallega, sobre todo en las zonas bajas de terreno calizo de la provincia de Lugo, desde Mondoñedo a Becerreá.

Restos paleontológicos en minas gallegas

En las últimas décadas, las actividades mineras han propiciado el inicio de investigaciones paleontológicas debido a la aparición de restos fósiles en distintas explotaciones de piedra caliza y de pizarra, las cuales propician su conservación.

El mamut de O Incio

En 1961, en una cantera de piedra caliza de O Incio (Lugo) un equipo de mineros que extraía mineral para la fábrica de cementos de Oural, encontró una grieta arcillosa en la que reposaban los restos del que es el único mamut encontrado en Galicia. El hallazgo, que se encuentra en el museo de ciencias naturales Luis Iglesias, de la Universidad de Santiago, fue estudiado por el geólogo Isidro Parga Pondal y el paleontólogo Emiliano Aguirre, el primer director de las excavaciones de Atapuerca. La mina, que dejó de tener actividad en 1970, no ha albergado ninguna otra investigación científica desde entonces.

A Cova de Eirós

En 1989 se inició en Triacastela (Lugo) la excavación de la Cova de Eirós, una gruta muy cercana a la cantera de caliza de Vilavella, propiedad de Cementos Cosmos, de la corporación Votorantim. Las excavaciones descubrieron un yacimiento de oso cavernario de enormes proporciones, el más occidental de Europa y el que mejor se ha estudiado mediante las técnicas más novedosas. En la zona de la entrada se descubrió en 1994 un yacimiento arqueológico que se empezó a excavar sistemáticamente en 2008. Entre los 2.000 restos descubiertos, se han recuperado herramientas de piedra y huesos de diversas cronoculturas del Paleolítico Superior, y restos de una gran variedad de especies animales. Además, los investigadores han destacado el hallazgo de puntas y lascas de tipo Levallois, herramientas muy elaboradas a partir de piedra cuarcita típicas de la actividad de los neandertales. Al inicio de la investigación, la cueva fue protegida por la empresa minera, que instaló a finales de la década de los noventa medidas de protección que ayudaron a frenar el deterioro de la cueva, que había sido utilizada tradicionalmente para guardar ganado e incluso había sufrido actos vandálicos. Además Cementos Cosmos financia activamente las investigaciones de los equipos científicos. Todas estas medidas ayudaron a preservar la integridad de la cueva y la conservación de su riqueza paleontológica.

La empresa mantiene también una estrecha colaboración con la Consellería de Cultura de la Xunta de Galicia para compatibilizar la explotación de unas calizas de excelentes cualidades y la preservación de un extraordinario yacimiento arqueológico. Para ello ha colaborado en la declaración de Bien de Interés Cultural de la cueva, establecido un macizo de 50 metros de protección como no utilizable para explotación minera e implantado mecanismos de seguridad y control (sensores de humedad, temperatura y presión atmosférica) para proteger el enclave.

Esta iniciativa de Cementos Cosmos ha recibido el premio nacional de la Federación de Áridos (2018) y fue seleccionada para optar al Premio Europeo de Desarrollo Sostenible de la Unión Europea de Productores de Áridos (UEPG) en 2019.

Fósiles en la mina de As Pontes

Pero también en la mina de As Pontes han aparecido fósiles. El levantamiento de tierras de la mina propicio que en 2008 se encontró en el recinto minero el cráneo de un cocodrilo, que se sumó a una mandíbula de un animal de la misma especie encontrada con anterioridad. Estudios revelaron que los restos son de hace 28 millones de años. Además, en la zona oeste de la mina se encontraron fósiles de ranas y pequeños caracoles. Todos estos restos cuentan con un gran valor ya que, debido a la gran acidez del suelo, es poco frecuente que se encuentren tan al oeste de la comunidad gallega.

Yacimiento de Valdavara 3

Más recientemente, en 2009, una voladura controlada en una cantera de caliza de Becerreá (Lugo) dejó al descubierto hasta 1.400 restos fósiles de fauna salvaje pertenecientes a 40 especies distintas datados de hace 110.000 años. Los restos fueron catalogados y estudiados conjuntamente por los investigadores del Grupo de Estudios para la Prehistoria del Noroeste –Arqueología, Antigüedad y Territorio de la Universidad de Santiago, y del Institut Catalá de Paleoecología Humana i Evolució Social. El yacimiento fue bautizado con el nombre de Valdavara 3, ya que se encuentra a unos 50 metros de la cueva lucense del mismo nombre, en la que se identificó el fósil humano más antiguo de Galicia. Las tareas de excavación y de restauración han contado con la colaboración, según destacan los propios investigadores, de Canteiras do Penedo S.A. (Canpesa), la empresa minera responsable de la explotación de la cantera.

Lo cierto es que la geología granítica y metamórfica gallega complica la conservación de restos fósiles. Por ello, los aparecidos al este de Galicia y en la cuenca de As Pontes tienen un gran valor. La actividad minera ha permitido que estos yacimientos hayan salido a la luz para poder ser estudiados y aportar un poco de luz a la riqueza de la fauna en la zona durante la época prehistórica.